«La decisión de volver a mi vida de funcionario ya estaba tomada en julio»

-Sí, así es, pero bueno, soy funcionario y retomo mi vida como tal.

-¿A qué área se reincorpora? Sacó su plaza en Fomento.

-Sí, el puesto que tengo está en esta Consejería. Pero a la hora de solicitar el reingreso, te reincorporan en tu plaza, que es la de técnico de administración general, y luego, siempre que el puesto sea de la misma categoría y del mismo nivel (jefe de área), te redistribuyen a otras consejerías si tienen necesidades. En este momento se está valorando eso. Y a mí, sinceramente, me resulta indiferente la consejería que sea.

-¿Por qué se va en este momento?

-La decisión ya estaba tomada en julio del año pasado. No quería continuar, pero por petición de José Ignacio (en referencia al presidente Ceniceros), que es mi amigo, acepté para poner en marcha un nuevo marco de relación con los municipios. Con la condición de que, una vez finalizado ese trabajo, como así ha ocurrido, yo volvería a mi vida.

-Sin embargo, deja para su sucesor uno de los retos fundamentales de esta legislatura: la nueva Ley de Administración Pública.

-¡Eso y muchas cosas más! (ríe). Desde luego que sí, la financiación local es uno de los retos más importantes de este departamento y, además, es una de las cuestiones fundamentales del pacto con Ciudadanos. Yo creo que Carlos Cuevas está perfectamente capacitado para afrontarlo.

-¿Qué mimbres le ha dejado?

-Ya hay algún borrador de normativa autonómica en cuanto a criterios más objetivos de distribución de fondos. Lo que ocurre es que el marco de financiación de la administración local va a depender muy mucho del marco de financiación local y autonómico que se establezca a nivel estatal.

-También con el impulso de ese pacto se ha hecho un esfuerzo social especial para apoyar a las familias que hayan perdido o estén en riesgo de perder su hogar.

-Una de las cosas por las que, a día de hoy, me voy con satisfacción es precisamente el buen funcionamiento del servicio de mediación contra los desahucios. Se trata de un contacto directo y discreto para aportar soluciones a las familias que lo están pasando mal. Es una satisfacción porque, al final, todos, todos, conocemos gente que se ha quedado sin trabajo y que lo está pasando mal. Así que poder ayudarles tomando decisiones desde los puestos políticos es un motivo de alegría.

-En materia de infraestructuras queda mucho pendiente. ¿Qué destacaría?

-El reto del corredor del Ebro, bien sea a través de la liberación de la autopista o una vez que finalice el plazo (de concesión) como vía vertebradora de la comunidad autónoma. Y, por supuesto, el ferrocarril. Esa es una espinita que me llevo clavada porque no se ha avanzado prácticamente nada en muchos años. Esos son dos de los grandes retos a los que se enfrenta el nuevo consejero, quien creo que debe analizar todo aquello en lo que yo he fallado y me he podido equivocar.

-Ya que da pie a ello, por favor, haga autocrítica.

-Las críticas de la oposición me han dejado un saborcillo amargo, pero siempre las he analizado porque es bueno el punto de vista diferente al propio, aunque interior y egoístamente te duela.

-Pero, usted, ¿en que cree se ha equivocado?

-En todo lo que me han rectificado (ríe). En la Hipoteca Joven por ejemplo, también un año cuando decidimos anular parcialmente las medidas de gratuidad de la autopista, en el desarrollo del ferrocarril...

-Al margen de las condiciones que impone Ciudadanos. ¿Cree que su sucesor debería renunciar a su rol político para centrarse en la gestión de una consejería tan densa?

-Todo depende de su capacidad de trabajo. Y, sobre todo, de lo que sepa delegar. Eso es fundamental. Y mi sucesor cuenta con un equipo de trabajo muy bueno, conformado por gente nueva, joven y que imprime impulso y empuje.

-Y, al contrario, ¿a partir de ahora veremos a un Antonino Burgos con un perfil más político?

-Estaré disponible para el partido, al que agradezco su confianza, pero a nivel de afiliado de base, ¿eh?.