La gran estafa
El autor, miembro de European Financial Planning Association, nos habla de cómo se gestó y desarrolló la 'gran estafa' del mercado financiero apoyándose en el inmobiliario
MARTÍN TORRES GAVÍRIA
Lunes, 15 de febrero 2016, 00:32
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MARTÍN TORRES GAVÍRIA
Lunes, 15 de febrero 2016, 00:32
El séptimo arte abarca una gran diversidad de temas y cubre ampliamente los gustos de la sociedad. Pero cada película tiene, como diría un esnob, su nicho de mercado. He disfrutado enormemente viendo 'La gran apuesta', pero intuyo que no todo el mundo ... pueda entender bien la película aunque sí quedarse con la idea central de que todo ha sido una gran estafa. La dificultad para los espectadores radica en la cantidad de términos financieros que se utilizan: swaps, derivados, ventas en corto, sub-prime, futuros, etc. Esto hace que 'Finanzas de andar por casa' se comprometa a explicar estos productos en sucesivos artículos. Pero hoy voy a intentar describir cómo se gestó y desarrolló la 'gran estafa' del mercado financiero apoyándose en el mercado inmobiliario, sin utilizar esos términos técnicos.
Estamos entre el 2003 y el 2005 con unos intereses bajísimos y el Banco X se está forrando de dar préstamos para adquirir viviendas. Da tantas hipotecas que no analiza la garantía de pago del prestatario y termina prestando dinero a gente sin recursos, sin trabajo y sin capacidad de pago (hipotecas sub-prime). Como necesita liquidez para seguir prestando, coge todas esas hipotecas basura y se las vende a intermediarios financieros que las colocan por todo el mundo en fondos de inversión, fondos de pensiones, bonos, etc. (derivados). Entretanto, las agencias de calificación (ver Finanzas de andar por casa: 'La zorra y las agencias de rating'), miran para otro lado y valoran estos productos como si fuesen de máxima calidad (AAA) y, por supuesto, sin ningún control oficial.
En el 2006 empiezan a subir los tipos de interés y por ende las cuotas de los préstamos, aderezado todo por una pequeña recesión económica que hace bajar el consumo y subir el paro. Es el cultivo ideal para que los titulares de las hipotecas basura, que son los primeros en caer en la crisis, dejen de pagar los préstamos y suba la mora del mercado financiero. En esta fiesta nadie se entera, se vende todo y se gana mucho, ¡viva la madre superiora! He ahí que alguien se atreve a analizar los préstamos y se da cuenta del riesgo (volatilidad) que tienen esos productos. Y decide comprarle al Banco X un seguro (swap) que apueste por la bajada de valor (venta en corto) de esas hipotecas. Las carcajadas se oyen por todo Wall Street: ¡el mercado inmobiliario nunca falla!
Pero la realidad es tozuda y la crisis sigue, la mora aumenta y esos productos (derivados) no valen un pimiento y lo peor de todo es que se han vendido por todo el mundo. Es un virus que se ha esparcido por todo el sistema financiero. Y una burbuja inmobiliaria arrastra, por falta de confianza, a una enorme crisis financiera mundial. En 'La gran estafa', ¿quiénes son los culpables? Culpables son todos, excepto los inversores. Culpables son los bancos que dieron préstamos sin los adecuados análisis de riesgos, las agencias de rating por sus calificaciones engañosas, los intermediarios financieros por vender lo que no debían a quien no debían y los Bancos Centrales por no ejercer los controles adecuados. También estoy convencido de que en esta gran estafa, a todos estos actores, no les movió el propósito de engañar o defraudar, pero sí la codicia.
Que esta amarga experiencia nos sirva de vacuna y como dice una frase célebre: el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.
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