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R. G. LASTRA
Lunes, 25 de enero 2016, 12:42
Preocupados por el mazazo que supondrá para La Rioja el anunciado cierre de la planta de Altadis, una decisión que no afectará al sector en lo profesional, los estanqueros de la región admiten que el futuro del negocio es todavía una incógnita. Junto al desplome ... de los consumos tras la entrada en vigor de las últimas leyes antitabaco, el contrabando se ha convertido en su peor enemigo. «Si logran acabar con él podremos sobrevivir, si no...», advierte Adolfo Fernández Serrano, presidente de la Asociación Provincial de Expendedores de Tabaco y Timbre de La Rioja, en la que están integrados 110 estancos de la región.
¿Cómo ha recibido el sector el anuncio del desmantelamiento de la planta de Altadis en La Rioja?
A nosotros no nos afecta profesionalmente porque cerraría la planta de fabricación, pero el almacén que es el que nos distribuye a nosotros y a toda la zona norte de España, en principio, seguiría igual. De todas formas, nos hemos llevado un disgusto tremendo con el anuncio porque el cierre nos afecta como riojanos, claro. Tabacalera era un buque insignia aquí y no se entiende que se planteen cerrar de la noche a la mañana, más cuando es una planta moderna y superpreparada. Seguro que hay otras soluciones que no sean el cierre, pero...
¿Cómo está el sector riojano?
Bueno, hemos pasado unos tiempos muy malos porque las entradas en vigor de las distintas leyes antitabaco han desplomado el consumo en los últimos años. Hablaríamos en los últimos 8 años de casi el 50% a nivel de cajetillas. No obstante, ahora parece que se ha estabilizado y que no son previsibles nuevas caídas importantes.
¿Han cambiado radicalmente los hábitos?
Sí, hay gente que lo ha dejado; además, al no poder fumar en los centros de trabajo y en los bares y cafeterías, se ha reducido muchísimo el consumo. También se vende mucha picadura, tabaco de liar, que oscila entre los 1,80 y los 8 euros, aunque es un incremento que también se ha frenado. Lo que sí ha acabado ha sido la guerra de precios y marcas iniciada en el 2006, con paquetes de 1,30 euros. Hoy no hay grandes diferencias entre las denominadas marcas baratas y las premiun, ya que hablamos de sólo 85 céntimos.
¿Y el mercado de los puros?
Se ha extinguido prácticamente. Tanto los grandes puros como, por ejemplo, los Farias. No hay tiempo para fumar puros y desde la entrada en vigor de la última Ley Antitabaco se acabaron las ventas para bodas, que hasta entonces era una tradición. Lo mismo que en las sobremesas en los restaurantes. La gente ya sólo puede fumarlos en el campo de fútbol. Sí han subido las ventas de los puritos pequeños y, sobre todo, de los más pequeños.
¿Quien marca el precio?
El Comisionado para el Mercado de Tabacos, adscrito al Ministerio de Hacienda y Administración Pública. Nosotros, con independencia de lo que hayamos pagado por el tabaco, tenemos que aplicar los precios que nos marcan, que sufren continuas variaciones semanales que se publican en el Boletín Oficial del Estado.
¿Cómo se ve el futuro?
¡Ay madre! Es una incógnita. Si le meten mano al contrabando, seguiremos subsistiendo porque es nuestro gran enemigo, lo que más daño nos hace hoy en día. Hay zonas, sobre todo en Andalucía y cerca de los Pirineos, donde ya representa entre el 30 y el 40% de las ventas, con lo que se está alimentando a las mafias.
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