Altadis y la lógica del capitalismo

Tras la desaparición de los regímenes socialistas a finales del siglo pasado, en la vieja Europa se aceptó que el capitalismo era el único sistema válido, incluidas, como mal menor, todas las desigualdades que van aparejadas a la explotación de los trabajadores, como si la única opción fuera 'susto o muerte'.

Las multinacionales controlan los sectores estratégicos de la economía global: finanzas, energía, medios de comunicación, infraestructuras y también las industrias como en este caso Imperial Tobacco (Altadis). La crisis que han provocado ha reforzado su poder económico y capacidad de influencia en la política, y por lo tanto el reforzamiento de su lógica, 'es necesario avanzar en este modelo socioeconómico para salir de la crisis', pregonan hasta la saciedad.

El modelo capitalista se sostiene sobre la explotación de los trabajadores, el incremento de los beneficios sobre la devaluación de las condiciones de trabajo, reduciendo los salarios (para eso se hicieron las dos reformas laborales), ignorando a las personas y trasladando las empresas o las producciones a otras partes de Europa o del mundo.

Los trabajadores que nos organizamos en los sindicatos de clase, tenemos claro que «no basta con defender el puesto de trabajo en la empresa», es necesario cambiar el modelo social y de crecimiento; algunos siempre hemos creído que «todos somos Electrolux», «todos somos Lear» y «todos somos Altadis». El problema no solo lo tienen los trabajadores y trabajadoras de Altadis, sino también las pequeñas empresas que trabajan para darles servicios y más allá de nuestra región, por ejemplo, las familias de agricultores que viven del cultivo del tabaco en Extremadura.

¿Es posible otro modelo social y económico? Sí, cuando seamos capaces de volver a situar al trabajo como elemento central en sociedad, cuando la política se escriba con mayúsculas y las personas exijan sus derechos laborales y sociales.

Los trabajadores y el movimiento sindical han transformado la sociedad a lo largo de la historia; podemos exigir como trabajadores y ciudadanos que Altadis siga produciendo en una región y un país en el que sigue y seguirá vendiendo. Exigir al Gobierno regional que de una vez por todas tengamos una política industrial que permita generar trabajo para los jóvenes en nuestra región. Exigir al ministro de Industria que ejerza como tal, que no es suficiente con la 'industria del turismo', que pare los pies a las empresas multinacionales que nos usan como pañuelos de papel, que la verdadera responsabilidad social corporativa es mantener los puestos de trabajo y comprometerse en el desarrollo socioeconómico allí donde se instala. Podemos exigir porque somos los que tenemos la fuerza transformadora, la fuerza del trabajo.