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D.M.A.
Jueves, 21 de enero 2016, 11:18
La opinión en Agoncillo es unánime: el cierre de Altadis es una sorpresa, pero incide más en las arcas municipales que a nivel laboral porque no son muchos los vecinos que trabajan allí, la mayoría de los empleados residen en Logroño. Lo que realmente se ... sintió fue el cierre de Lear, que provocó la pérdida de 303 puestos de trabajo, muchos de ellos vecinos de Agoncillo. Uno de ellos fue Pilar, que ahora trabaja en Comestibles Mikar.
«Es una grandísima faena», opinó ayer Pilar. «Después de lo de Lear, ahora esto... el polígono ya se acabó», apuntó mientras dispensaba puerros a Azucena, que también habló con Diario LA RIOJA: «Me parece fatal. En Agoncillo ha habido y hay gente trabajando allí, no mucha, pero son jóvenes y no está bien que se queden sin trabajo».
Un poco más adelante, pero en la misma calle La Oficina, se encontraban Félix y Mercedes, voces autorizadas. Él es trabajador de Altadis, aunque está de baja. Ella es propietaria del estanco de Agoncillo. «Ha sido una bomba, aunque ya se sabía que iba a venir pero no tan pronto y de esta forma», confesó Félix, quien considera que desde que la empresa fue adquirida por el grupo Imperial Tobacco «hemos ido en caída». «'Por suerte', yo me voy prejubilado, pero hay 290 compañeros que... a ver qué pasa con ellos. Algunos se irán a Santander pero la mayoría se van a ir al paro», vaticinó Félix, para finalizar con una advertencia: «Yo soy fumador de Fortuna, que me da de comer, pero igual mañana ya fumo otra cosa».
Mercedes cree que la situación «es preocupante porque se pierden muchos empleos en La Rioja». Y a nivel particular, opina que habrá menos visitantes en Agoncillo y, por tanto, menos ventas en su estanco. Santiago, uno de los clientes de la tienda, describió cómo «poco a poco van cayendo, el polígono ya no es lo que era». María, que despacha dentro cajetillas y prensa, confiesa: «Yo soy la estanquera, ¿qué me va a parecer?». Poco que añadir, pero lo intenta: «Sobre todo hay incertidumbre, no sabemos cómo nos va a repercutir».
Tomando un café en la calle del Olmo se encontraban ayer unas mujeres hablando del tema del día. Una de ellas, Estrella, afirmó que «a todo el mundo nos parece mal». Carmina detalló que «han trabajado con normalidad hasta el momento de enterarse, por sorpresa» y añadió que, lógicamente, el resultado es que «va a aumentar el paro». Y eso no le gusta a Muriel, quien precisamente no tiene trabajo y tampoco lo encuentra: «Dicen que esto está mejorando... ¡Y empeora! Esto ya no me da ninguna esperanza de encontrar trabajo, más bien de irme de España».
En el bar Las Vegas de la plaza del Castillo habla la parroquia, la experiencia. Para José Antonio, extrabajador de Altadis, la noticia «es garrafal» pero «igual nos lo merecemos, porque nos van a prohibir hasta comer». Adolfo apuntó que «con un sueldo de aquí pagan diez en Polonia, Portugal o Marruecos, a donde se lleven la fábrica». Félix Sorzano, exconcejal de Agoncillo, cree que lo peor es «cómo lo han hecho, con desidia, sin hablar con sindicatos ni los obreros». «El polígono se está convirtiendo en empresas de transporte y con pocos trabajadores», explicó. Y Fernando, exempleado de Altadis, sentenció: «Era una empresa muy buena».
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