Altadis, nuestra Tabacalera

Tras conocer la dramática noticia, varios trabajadores de la planta de Altadis manifestaban sentirse como meros números, fríos y calculados, como aislados del resto de sus circunstancias; y es precisamente eso, el impacto real que causaría su cierre en La Rioja en general y en cada familia en particular lo que debemos poner en primer plano para llegar a visualizar lo que verdaderamente está en juego. Una empresa que supone el sustento de centenares de familias y que está hecha con el esfuerzo y dedicación de cientos de trabajadores que han dejado muchos años de su vida en ella, en nuestra Tabacalera.

La estrategia seguida hasta el momento por el consejo de administración de Altadis ha quedado meridianamente clara: intentar aislar a la representación sindical de los propios trabajadores en el centro. No en vano, se convocó a la representación sindical a una reunión en Madrid a la misma hora que se convocaba asamblea de trabajadores en el centro y a la misma hora que se enviaba un comunicado a los medios de comunicación anunciando la decisión; una operación orquestada para evitar males mayores que, sin embargo, no tienen en cuenta la histórica conexión sindical de la Tabacalera.

Los trabajadores de Altadis no son tontos. Sabían que la producción prevista para este año era menor y que las restricciones normativas y la merma de consumo obligarían a abordar algún tipo de reestructuración, pero no el cierre porque, simple y llanamente, no está justificado. Y la empresa lo sabe: sus costes laborales son menores a los de otras plantas tabaqueras, su producción es competitiva, su viabilidad, por lo tanto, estaba garantizada. ¿Por qué no buscar, entonces, una alternativa aceptable para todos? Esta será la tarea de la representación sindical, proponer salidas una vez la empresa facilite una documentación que aún no ha entregado. ¡Menos mal que valoraban el diálogo con los representantes sindicales.!

La empresa no ha dicho la última palabra, ni mucho menos; de hecho, sólo ha puesto en escena una operación de marketing soltando una bomba informativa a los medios de comunicación; lógicamente, es inevitable tirar de hemeroteca mental para recordar otras experiencias de empresas 'fugadas' de territorio riojano. Pero resulta que este no es el caso, que existen alternativas no abordadas, que la empresa es competitiva y, por lo tanto, ni siquiera esos números, esas cifras frías y aisladas, son argumentos de peso. Altadis tiene opciones y a nadie quepa duda de que pelearemos lo indecible para conseguirlo.

Altadis, nuestra Tabacalera, no se cierra.