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ALBERTO GIL
Martes, 26 de enero 2016, 23:31
LOGROÑO. Aunque era un temor latente, Imperial Tobacco (propietaria de Altadis desde el año 2008) hizo ayer oficial, por sorpresa y sin margen para la negociación, el fatídico anuncio de cierre de la factoría de cigarrillos de Agoncillo para el próximo 30 de junio. Una ... comunicación que cayó como un jarro de agua helada sobre los trabajadores, que siguen considerando más rentable su factoría que otras europeas; sobre los sindicatos; sobre el propio Gobierno regional, que esperaba incluso nuevas inversiones, y sobre el conjunto de la sociedad riojana.
La decisión de uno de los tres primeros fabricantes mundiales de tabaco supondrá la pérdida de su empleo a 471 trabajadores (incluidos los 64 de los denominados turnos 'relevo'), en varios casos familias enteras, que disfrutaban de uno de los convenios con mejores condiciones sociales y económicas de la región pese a los ajustes de la última década y media.
En este sentido, Tabacalera forma parte de la memoria colectiva riojana desde 1890 (la actual planta llevaba 37 años en El Sequero) y desde ayer, 19 de enero, empezará a experimentar un doloroso y lento olvido.
Imperial Tobacco desmonta así la última factoría de elaboración de cigarrillos que le quedaba en España -únicamente mantendrá la actividad de la fábrica de Santander para puros y puritos- y reducirá su plantilla (producción y resto de actividades y servicios) a apenas 550 empleados. El balance (primero como Altadis y luego como Imperial) a lo largo del siglo es desolador, con doce fábricas cerradas y 6.000 personas despedidas. «No es una decisión cómoda, pero la compañía se ha visto en la necesidad de adoptarla ante la difícil situación que atraviesa el sector», aseguró ayer Juan Arrizabalaga, presidente de Altadis.
180 prejubilaciones
Aunque la empresa no ha dejado margen de negociación hasta el anuncio de cierre irreversible, Altadis inició ayer mismo los contactos con las organizaciones sindicales para minimizar el impacto de los despidos. Miguel Ángel Martín, portavoz de la compañía, señaló que la intención es alcanzar un acuerdo para prejubilar a los 180 empleados mayores de mayor edad e intentar recolocar a parte de los 291 restantes: «Se ofrecerán condiciones de traslado a la factoría que queda en Cantabria en algunos casos y, en el resto, hemos contratado a una consultora externa para intentar recolocarlos en otras empresas de la región». «Tenemos experiencia, desafortunadamente, en decisiones de este tipo y ya hemos trabajado con éxito esta fórmula, por lo que esperamos que el impacto sobre las familias sea el más limitado posible».
Martín avanza que la intención de la empresa es tramitar las prejubilaciones y despidos con las condiciones del expediente de regulación de empleo aprobado por el Ministerio de Trabajo en el 2009 y que ha ido aplicando paulatinamente en los numerosos ajustes del último lustro. Es decir, las condiciones de prejubilación serían las mismas que en 'tandas' anteriores y, en el caso de extinciones contractuales, no se aplicaría la última reforma laboral y Altadis está dispuesta a incentivar los despidos por encima de los límites marcados de la ley, uno de los futuros ejes de la negociación con los sindicatos a la vista de la política de hechos consumados de la multinacional.
El portavoz de Altadis apunta a dos causas principales para el cierre: «La presión regulatoria sobre el consumo y la presión fiscal -el 70% del precio final de ventas por cajetilla se destina a impuestos-, que han provocado además una caída del 45% de la venta de cigarrillos en España». «Todo ello -continúa- combinado con la crisis económica, lo que ha provocado un auge sin precedentes del comercio ilícito hasta el punto de que una de cada diez cajetillas que se venden en España son ilegales».
Oriente Medio
En el caso de la factoría riojana, Miguel Ángel Martín achaca un tercer factor para su pérdida de rentabilidad, ya que es una de las responsables de la fabricación de tabaco para Oriente Medio: «La situación bélica de la zona, especialmente en Irak y Siria en las zonas controladas por el estado islámico donde el consumo se ha reducido prácticamente a cero, ha hecho que la fábrica riojana trabaje en la actualidad por debajo del 50% de su capacidad».
En este sentido, la factoría de Agoncillo alcanzó en el año 2010, después de concentrar producción y recursos de varias plantas españolas cerradas, el pico de producción y, desde entonces, se ha reducido un 42,4%: «En estos momentos -insiste el portavoz de la empresa-, la fábrica riojana está por debajo de la mitad de su producción de capacidad y ésta será asumida por otras plantas de la multinacional». Imperial Tobacco anunció hace dos años el cierre de las fábricas de Nantes (Francia), ya ejecutado, y Nottingham (Reino Unido), que echará la persiana en los próximos días. La producción riojana de cigarrillos se desviará a otras plantas europeas, probablemente Alemania y/o Polonia, aunque aún es una cuestión por concretar.
Altadis, incluidos los dos centros de producción (La Rioja y Cantabria) y las áreas de finanzas y ventas, facturó 754 millones de euros en el 2012; 785 millones en el 2013 y 658 millones el año pasado, es decir, un descenso del 16%.
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