La historia más antigua conocida sobre un pacto del hombre con el diablo data del siglo VI. En Adana, Cilicia (actual Turquía) vivía el archidiácono Teófilo el penitente, muy querido por la comunidad. Era un hombre bueno, estricto en la observancia religiosa, caritativo con los ... pobres, cercano a los enfermos y afligidos, orante penitente y elocuente en el púlpito. Un día el obispo, que envidiaba su liderazgo, le acusó de dilapidar las riquezas y tesoros de la iglesia a su antojo y lo echó de su cargo. Teófilo el penitente, ante la imposibilidad de demostrar su inocencia y cegado por la frustración, visitó a un viejo mago e invocó al diablo. Lucifer le exigió, en un contrato firmado con su propia sangre, que abandonara a Dios y a la Virgen y a cambio él sería el obispo.
Hay momentos y circunstancias en la vida de las personas que da la sensación de que todo está perdido y se firman contratos a sangre con el propio diablo. Algo similar es solicitar préstamos «fáciles» a sociedades o personas, más que dudosas, fuera del control del Banco de España. Un pequeño vistazo por internet y te financian préstamos desde un 25% TAE a cuarenta y un meses hasta la friolera de 3.752,37% TAE a treinta días. Es decir, solicito 500¤ a un mes y devuelvo 675¤.
La usura la utilizaron como excusa los Reyes Católicos para expulsar a los judíos en 1492. Y en el ordenamiento español está regulada por una ley de más de cien años, se trata de la Ley Azcárate de 1908 que define el término de usura en los préstamos de la siguiente manera: «Será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso en condiciones tales que resulte aquel leonino, habiendo motivos para estimar que ha sido aceptado por el prestatario a causa de su situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales». No obstante, la ley no indica un porcentaje de interés concreto a partir del cual se considera usura.
Hay que estar muy, pero que muy desesperado para entrar en este pacto con el diablo. Pero no nos fijemos solamente en el coste, ¡que ya es grave! ¿Y la recuperación? ¿Qué métodos usan para recuperar los impagos? He encontrado un comentario simple: se utilizan métodos más «duros» que la banca comercial.
El consejo de Finanzas de andar por casa es que todo aquel con menester de financiación acuda a su entidad bancaria y le exponga con claridad, y sin reservas, sus necesidades financieras, finalidad y situación económica. Ellos le estudiarán esencialmente dos cosas: las garantías, que tienen una importancia relativa, pero fundamentalmente analizarán su capacidad de pago y adecuarán el capital y el tiempo a este concepto. Si no hubiese capacidad de pago para afrontar las cuotas del préstamo bancario, muchísimo menos la habrá para los préstamos basura/usura.
A Teófilo el penitente aquel pacto con el diablo le remordía la conciencia cada segundo de su existencia. Era obispo, pero ¿le había compensado? Un día se le apareció la Virgen y le prometió que intercedería por él ante Dios. Entonces, Teófilo el penitente, seguro de sí mismo, delante del diablo que le amenazaba con una espada, rompió el contrato firmado con su propia sangre y, seguido, murió feliz.
Estos sistemas de financiación no le van a regalar nada y cuando esté usted perdido no creo que tenga la suerte de Teófilo el penitente para que se le aparezca la Virgen. Hágase el milagro y hágalo el diablo.
Martín Torres Gaviria, Miembro de European Financial Planning Association España, 8finanzas@larioja.com, @MTorresGaviria
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