«Cuando quise enterarme ya estaba en casa»

Andrés es uno de los más de 5.000 riojanos que han pasado en lo que va de año por el servicio de cirugía mayor ambulatoria del San Pedro. En su caso, para ser intervenido de una hernia inguinal detectada hace tiempo y que en ... marzo el especialista le recomendó atajar. Tras someterse al protocolo previo, le citaron finalmente para el 15 de julio tras advertirle que en sus circunstancias y por su tipo de patología podría ser operado sin necesidad de ingreso. «No tuve duda; cuando quise enterarme ya estaba en casa», resume totalmente repuesto de una intervención que le obligó a permanecer en el quirófano apenas una hora. «Entré en el hospital a las 10.30, cinco minutos después me tomaron las constantes y me colocaron la vía y a eso de la una me puse en manos del cirujano», recapitula. Sólo el hecho de recibir anestesia general -«la solicité yo aunque era posible sólo local porque los hospitales siempre me han dado mucho repelús»- le obligó a permanecer un tiempo más prolongado en reanimación hasta que a las 8 de la tarde ya estaba de vuelta en su domicilio. «Me operaron un miércoles y el domingo ya salía a la calle», recuerda este riojano de 58 años que nunca antes había debido pasar por el San Pedro. «En todo momento tuve a un familiar junto a mí y en casa sólo debí tomar los analgésicos que me recetaron, además de acudir luego a las curas de rigor hasta que me quitaron las grapas». «Estar en tu entorno también es curativo», concluye.