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Diego Marín A.
Lunes, 8 de diciembre 2014, 22:10
El Gobierno de La Rioja ha contratado a una empresa especializada en recursos humanos para reorganizar el servicio y «regenerar el ambiente de trabajo» en la Biblioteca de La Rioja. La razón es el conflicto existente entre la dirección y los trabajadores, lo que ha ... generado un enrarecido clima laboral. Hace meses incluso se pudieron ver carteles por la ciudad con el reclamo: «Trabajadores de la Biblioteca exigimos un trato digno en el trabajo».
Miguel Ángel Gurrea, secretario del sector de la Administración Autonómica en UGT, explica que los problemas comenzaron con la nueva dirección. Tras el fallecimiento en el 2011 de Lola Ramírez, entonces directora de la Biblioteca de La Rioja, Alicia Ruiz Domingo, exdirectora de la Biblioteca de Calahorra y del Archivo General de La Rioja, accedió al cargo en junio del 2012.
«Existe un problema interpersonal entre la dirección y los trabajadores», afirma Gurrea, que critica a la directora por no ejercer su puesto «con un mínimo de respeto», es más, la acusa de provocar «situaciones tensas en la jornada de trabajo» debido a «faltas de respeto» y otras medidas y comportamientos.
Meses atrás, STAR ya describió la situación como «insostenible», denunció que la respuesta de la Consejería de Cultura había sido «insuficiente» y señaló que el «origen del conflicto es la directora del centro».
En enero, y a petición de 19 de los 38 trabajadores de la Biblioteca, se encargó un informe al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Consejería de Administración Pública y Hacienda. Este valoró posibles «déficits en las habilidades sociales» de la directora.
La Consejería de Cultura ha informado a Diario LA RIOJA de que trabaja con una asesoría externa (Psico360) «en el desarrollo de un análisis de funciones y en la reorganización de la estructura organizativa de este servicio», desde que se detectó «la necesidad de emprender acciones de mejora del clima laboral de la Biblioteca de La Rioja», con el fin de que «puedan establecerse nuevas pautas de relación interpersonal y se regenere el ambiente de trabajo».
«Disfunciones importantes»
Alicia Ruiz Domingo publicaba este lunes una tribuna (página 19) en Diario LA RIOJA en la que ofrecía su versión del que reconoce como «conflicto interno». La directora afirma que, cuando accedió al cargo, detectó «disfunciones importantes en la utilización de recursos humanos y materiales» y desarrolló «un proyecto de cambio» con el fin de «conseguir el máximo de eficacia y rentabilidad social». «Y aquí comenzaron los problemas», confiesa Ruiz Domingo. Tanto es así que asegura haber recibido «un anónimo con soterrada amenaza de muerte» y un «insulto grave» a través del . Los dos hechos han sido denunciados.
La directora de la Biblioteca de La Rioja mantiene una postura totalmente contraria a los funcionarios con los que está enfrentada. Es más, considera que se encuentra ante «una estrategia evidente de ataque personal», a pesar creer que sus actuaciones profesionales «siempre han estado encaminadas a conseguir un eficaz funcionamiento de la biblioteca» y de estar «convencida de la bondad de mi proyecto».
«Sin puertas para ver a los trabajadores»
El Gobierno de La Rioja asegura que «de todo se viene informando puntual y periódicamente tanto al personal de la propia biblioteca, como a las organizaciones sindicales y al comité de seguridad y salud». Al parecer, una de las soluciones propuestas son los traslados y dos jefes de área se han desplazado a la biblioteca del IER sin que se hayan cubierto sus puestos. UGT señala que la Consejería incita a que «la dirección se encone más».
En concreto, asegura Gurrea, «se ha llegado a desplazar de servicio a trabajadores y consideramos que esta no es su responsabilidad». «Lo último es que la dirección, al parecer, se siente ninguneada y por eso ha llegado a quitar las puertas de sus goznes para poder visualizar a determinados trabajadores», detalla Gurrea, que describe la situación como «muy deteriorada».
Los trabajadores de la Biblioteca de La Rioja se enorgullecían hasta hace poco de que, «a pesar de estar sufriendo esta situación, no se perjudica el servicio de atención al público». No obstante, Miguel Ángel Gurrea admite que no le soprendería que el problema, «como es lógico que ocurriera tarde o temprano», ya se hubiera trasladado al servicio.
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