«Decidí que no iba a soltar una lágrima porque mi hijo no está enfermo. Él es así»

«Comparaba a Eneko con Arrate y me costó mucho entender el porqué de todo», admite apenado Javier. En cambio, Sonia encaró con mayor fortaleza el retraso psicomotor del niño. «Decidí que mi hijo tenía que tener una vida feliz, por lo que iba a tomar el timón y no soltar una lágrima porque no es justo para él. Eneko no está enfermo, no es una desgracia, no temo por su vida. Él es así», defiende la madre.

Pero no por eso piensan quedarse de brazos cruzados. «Vamos a luchar porque no quiero que, si algún día nosotros faltamos, Eneko sea una carga para sus hermanos. Todo nuestro esfuerzo se dirige a que sea autosuficiente y feliz», remarca el padre. Así, se muestran esperanzados porque el pequeño pueda someterse al tratamiento de la cámara hiperbárica y progrese.

Ellos por sí solos no pueden afrontar en estos momentos los costes que conlleva esta técnica. Javier permanece en paro desde febrero, pese a que atesora un impresionante currículo con 22 años de experiencia como programador de autómatas industriales, robótica y diseño industrial en 3D. Ella arrastra una baja desde abril del 2013.

La Asociación Iniciativas Solidarias Isekin, ubicada en Eibar (Guipúzcoa) se puso en contacto con ellos para proponerles publicar un cuento con el que recaudar fondos para costear el tratamiento y todos los gastos derivados de los problemas de desarrollo que presenta Eneko. «Prefiero vender un cuento que pedir a la gente que nos ayude económicamente», comenta Sonia, quien tampoco oculta que «si le dieran un trabajo a mi marido, sería lo mejor».

'El tesoro de Eneko' ya ha salido a la venta al precio de 7 euros. La historia, de la que se han editado 3.000 ejemplares, hace partícipes a los lectores de la pasión del niño por el chocolate y en la búsqueda de unos trocitos se recorre toda la casa. Es cierto que a Eneko le encanta el chocolate, pero también que debido a sus limitaciones el alimento lo debe recibir aún por medio de biberones.