La UE se conjura: «El 'Brexit' tiene algo positivo: los 27 estamos más unidos que antes»

Con la rescasa aún de los fastos romanos del pasado sábado, la UE abrirá las puertas de salida del club por primera vez en sus 60 años y cuatro días de vida. Sucedía como en los aeropuertos. Desembarcas del avión, entras en la terminal, caminas con la maleta y llegas a una puerta automatizada que advierte: 'si entras, ya no hay vuelta atrás'. Es la mejor metáfora de la UE. Mejor dicho: era. Hoy, Londres ha pulsado el botón nuclear del Artículo 50 del Tratado de Lisboa que permanecía junto a la puerta desde 2007 y que nadie se atrevía a pulsar por la gravedad de las consecuencias. De hecho, se ideó pensando que jamás iba a ser accionado. Craso error. Bienvenidos al 'Brexit'.

"Uno de los grandes objetivos es minimizar la incertidumbre y el coste para la gente y la economía", ha remarcado Tusk. Ya en el comunicado a 27 que se emitirá para responer a la carta, el Consejo advertirá de que "aunque no lo deseamos", está preparado para afrontar incluso el escenario menos deseado: el del fracaso de las negociaciones. De momento, todo son buenas palabras y mejores intenciones: "Nos acercaremos a estas conversaciones de manera constructiva y nos esforzaremos por encontrar un acuerdo. En el futuro, esperamos que el Reino Unido sea un socio cercano".

La cumbre, el 29 de abril

Las negociaciones no comenzará ni esta tarde, ni mañana ni la semana que viene. Ahora comienza un complejo proceso burocrático marcado por varios hitos. Dentro de las próximas 48 horas, previsiblemente el viernes, el Consejo emitirá una visión general de las 'guidelines' (directrices) de la negociación. Durante todo abril se pondrán en común entre los 27 para que los jefes de Estado y de Gobierno las ratifiquen en una cumbre extraordinaria que se celebrará en Bruselas el día 29. Al día siguiente, habrá Colegio de Comisarios extraordinario y a mediados de mayo, como pronto, la Comisión ya tendrá el mandato final para sentarse a negociar con el Reino Unido.

Como estipulan los Tratados, la negociación durará un máximo de dos años, aunque si hay unanimidad, el periodo podría ampliarse, algo que nadie quiere. Ni en lo político ni en lo práctico, ya que en mayo de 2019 hay elecciones europeas y para entonces, la futura Cámara se decidirá sin los 73 escaños británicos. De hecho, la Comisión ya ha advertido de que la negociación debe estar cerrada de forma provisional dentro de 18 meses (octubre de 2018), para que los acuerdos alcanzados sean refrendados por la Eurocámara y el Consejo en torno a marzo de 2019, cuando se cumplirían los teóricos dos años.

Hay dos temas esenciales. El primero: qué pasa con las personas, con los 4,5 millones de europeos que se verán afectados (la proporción no es 50-50%, sino que los británicos serían en torno a un 30 %). El segundo: la factura que Reino Unido deberá pagar para hacer frente a los compromisos financieros ya adquiridos. Bruselas pedirá de entrada 60.000 millones de euros, una cifra que Londres ni asume ni asumirá. Habrá lío. "Si para otoño no hay un acuerdo de máximos, la crisis será grave", advierte un veterano diplomático.

Llegó el Brexit, comienza la cuenta atrás.