Secciones
Servicios
Destacamos
COLPISA / AFP
Domingo, 22 de noviembre 2015, 17:39
En una cervecería medieval de la Grand Place de Bruselas, Patrick dobla lentamente unas servilletas para entretenerse. Desde que Bélgica elevó al máximo su nivel de alerta, los bares del centro histórico de la capital están casi desiertos, lamenta este camarero.
"Hemos anulado los ... pedidos de cruasanes y de napolitanas de chocolate", masculla Patrick, que lleva 15 años trabajando en la taberna Roy d'Espagne, una de las más visitadas de la pintoresca plaza bruselense. Hace una hora que abrió el establecimiento y sólo ha entrado una pareja. "Un grupo de 140 personas llamó ayer para anular un banquete. A este paso, el mercado navideño -se inicia este viernes- también será anulado", se preocupa.
Según él, el primer ministro Charles Michel tomó una decisión "muy exagerada" al desplegar a militares y vehículos blindados en las calles de la capital, por temor a que se produzcan atentados yihadistas similares a los del viernes 13 de noviembre en París, con 130 muertos. "¡No estamos en una guerra, caramba!", exclama. El gobierno estudiará este domingo la situación, y se reunirá un Consejo Nacional de Seguridad para decidir si se reabren las líneas de metro y también las escuelas, los grandes almacenes y los espacios culturales.
El edificio del grupo audiovisual flamenco Medialaan, situado en Vilvorde (al norte de Bruselas), fue evacuado esta tarde por la Policía belga a causa de una posible amenaza, informó el grupo a través de la red social Twitter.
Tras el aviso, las fuerzas de seguridad comenzaron a inspeccionar el inmueble, sede de la cadena flamenca VTM entre otros medios, con la ayuda de perros. El personal que se encontraba en el interior fue trasladado a los locales de la federación flamenca de volley, situados justo enfrente del edificio del grupo.
En torno al inmueble se ha establecido un perímetro de seguridad debido a la presencia de un vehículo sospechoso en las proximidades del edificio, indica el diario La Libre Belgique.
El sábado, el alcalde de Bruselas, Yvan Majeur, recomendó a los cafés del centro histórico, habitualmente muy concurridos, que cerraran sus puertas a partir de las 18.00 horas. En París, yihadistas abrieron fuego contra varias terrazas de bares y restaurantes, matando a cerca de 40 personas, a lo que se suman los muertos en la sala de conciertos Bataclán y junto al Estado de Francia, con saldo total de 130 muertos. En el barrio bruselense de Saint-Géry, lleno de discotecas y bares, la mayoría de los establecimientos habían seguido las recomendaciones del alcalde. "Era muy extraño ver esas calles vacías que siempre están abarrotadas el sábado", dice Vincent, que vive desde hace casi 40 años en esta zona.
"Tenemos que dejar trabajar tranquilamente a las fuerzas de seguridad y darle prioridad a la seguridad de nuestros clientes, aunque ya es complicado desde un punto de vista financiero", asegura Yvan Roque, presidente de Horeca, la mayor federación de dueños de hoteles, restaurantes y bares de Bruselas, que representa a más de 8.000 establecimientos. Los profesionales que decidieron abrir sus comercios después de las 18.00 recibieron consejos "de vigilancia", explica Roque. Deben, por ejemplo, obligar a los clientes a coger sus bolsas antes de salir a fumar o alertar a la policía ante cualquier sospecha.
Horario de cierre
La Brouette, otra taberna de la Grand-Place, cerró a las 22.00 horas. "Tenemos una clientela asidua. No puedo permitirme dejarlos en la calle", justifica un camarero, que asegura que han conseguido un 70% menos de ingresos respecto a un fin de semana normal. "¿Pero es esto lo más importante teniendo en cuenta lo que ocurre?", se pregunta. Cerca de ahí, Pascal y Frédéric, una pareja de parisinos que ha pasado el fin de semana en la ciudad, toman un último café en el bar Saint-Nicolas, antes de marcharse de la capital belga.
La víspera, estuvieron en varios locales del barrio hasta las 23.00 horas. "Algunos bares cerca de Sainte-Catherine y Brouckère (dos barrios de buen ambiente nocturno) siguieron abiertos, pero dejaron la cortina metálica bajada", cuenta Frédéric. "No queremos ceder al miedo, aunque estamos un poco asustados", añade Pascal.
En París
Mientras tanto, la clientela en las tiendas de ropa de los centros urbanos de Francia ha caído entre un 20% y un 30 % tras los atentados terroristas del pasado 13 de noviembre en París, indicó hoy el presidente de la Federación Nacional del sector, Bernard Morvan.
Su asociación representa a 50.000 tiendas independientes, 6.000 de ellas en la región parisina, y ha sido capaz de calcular el descenso porque algunos de esos establecimientos pueden contabilizar el flujo en sus entradas.
Las tiendas, según afirmó en una entrevista en la emisora RTL, necesitan que las vías comerciales y las ciudades en su conjunto refuercen los dispositivos de seguridad para fomentar la llegada de clientes. "La gente reclama una presencia policial", añadió el representante del sector, según el cual recurrir a una empresa privada de seguridad puede suponer un gasto diario de 500 euros, cantidad que no está al alcance de la mayoría de comerciantes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.