Alemania restablece los controles en la frontera sur

Los dos países pertenecen al llamado espacio Schengen, un acuerdo entre 26 países -22 de ellos de la Unión Europea- por donde las personas pueden circular en principio libremente sin controles fronterizos.

La medida, justificada por el Gobierno alemán por las dificultades logísticas y humanitarias para atender a los refugiados, muchos de ellos sirios, ha empezado a funcionar de inmediato y la Policía alemana ya controlaba en la noche de este domingo su frontera con Austria,

En Freilassing (sureste), un punto fronterizo cercano a la ciudad austriaca de Salzburgo, la Policía ha detenido a tres sirios y les ha pedido que se quedaran en la carretera a la espera de decidir su estatuto.

Este sábado, más de 12.000 refugiados llegaron a Munich, la capital de Baviera, fronterizo con Austria, y los flujos continúan a lo largo del día. Las autoridades locales y regionales advirtieron de que su capacidad de acogida está al límite, mientras se sucedían las críticas a la decisión que tomó Merkel el pasado fin de semana de abrir las fronteras sin contar con un plan global para atender a todos los solicitantes de asilo que llegan al país. Desde finales de agosto, según las cifras facilitadas hoy por las autoridades regionales, han llegado a Múnich 63.000 refugiados.

Respetar el reparto europeo

Asimismo, el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, ha afirmado en una entrevista en prensa que los refugiados que reciban asilo en los países de la UE no podrán elegir dónde vivirán y deberán aceptar el reparto que negocien los gobiernos. "No podemos permitir a los refugiados escoger libremente dónde quieren quedarse. No es así en ningún lugar del mundo", ha afirmado De Maizière en una entrevista publicada este domingo por el periódico Der Tagesspiegel. "Tampoco podemos darles las ayudas previstas en la ley alemana a los refugiados que sean instalados en otro país de la UE y después vengan a Alemania", ha añadido.

También el comisario de Economía y Sociedad Digital de la UE, el alemán Guenter Oettinger, ha expresado sus reticencias a que los solicitantes de asilo reciban las mismas ayudas para evitar el efecto llamada. "Los pagos a los solicitantes de asilo deben ajustarse en Alemania para que haya una cierta sintonía con los pagos de otros países de la UE", ha apuntado en declaraciones al 'Welt am Sonntag'. "Necesitamos una cierta armonización de los beneficios en metálico para los solicitantes de asilo en Europa porque (...) podría crear incentivos equivocados", ha argumentado.

Por su parte, el vicecanciller y ministro de Economía y Energía alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, ha advertido de que Alemania está "llegando al límite". "Es cierto: la falta de reacción de Europa ante la crisis de los refugiados está llevando a Alemania al límite de su capacidad", ha afirmado en una entrevista publicado en la web del periódico Der Tagesspiegel.