Merkel insta a resolver problema de los refugiados con solidaridad

La jefa del Gobierno germano se ha mostrado "conmocionada" por la noticia del hallazgo de entre 20 y 50 supuestos refugiados muertos en un camión frigorífico abandonado en Austria. "Estas personas estaban en camino para buscar mayor seguridad y protección y han muerto de forma trágica", ha afirmado, para criticar a los traficantes de personas que juegan con la vida de personas por mero beneficio. "Esta tragedia nos insta a afrontar el tema de la inmigración de forma rápida y con espíritu europeo, el de la solidaridad", ha agregado, y ha recordado que ahora hay un número de refugiados en el mundo sin parangón desde la II Guerra Mundial.

La canciller ha recordado que por la "experiencia histórica de Europa", el continente tiene "el deber" de ofrecer ayuda y protección a los refugiados. Para afrontar el problema se debe actuar con solidaridad, ha resaltado, "no unos contra otros sino todos de forma conjunta con el espíritu de buscar una solución", ha indicado. Por su parte, la responsable de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, también ha afirmado que la tragedia vivida hoy en Austria es un recordatorio de los desafíos que afronta Europa. "Tenemos una obligación moral y legal de proteger a los refugiados", ha destacado Mogherini, que ha reclamado un "enfoque europeo" para afrontar la llegada de personas de zonas de conflicto.

"No podemos continuar como hasta ahora, con un minuto de silencio cada vez que vemos a gente morir", ha declarado. La funcionaria europea ha agregado que ya se está trabajando en nuevas propuestas y citó la elaboración de "una lista común de países de origen seguros y un mecanismo de recolocación".

Precisamente, los líderes de los países de los Balcanes permanecen reunidos este jueves en Viena para buscar una solución a la mayor crisis migratoria que afronta Europa desde el final de la II Guerra Mundial. La reunión se produce un día después de que Merkel volviera a calificar de "abyectos" los actos de violencia xenófobos en su país, y en medio de críticas a la Unión Europea por la ausencia de una respuesta coordinada a la crisis.

Además de Merkel y Faymann, entre los participantes en la cumbre figuran Macedonia y Serbia, las dos naciones por las que transita el mayor número de inmigrantes hacia Europa occidental, en la llamada "ruta de los Balcanes". Los ministros de Exteriores de estos dos países han pedido en Viena una "respuesta europea" a la crisis. "Si no tenemos una respuesta europea a esta crisis (...) nadie debe albergar la menor ilusión de que será resuelta", ha señalado el ministro macedonio, Nikola Poposki, mientras que su homólogo serbio Ivica Dacic ha reclamado a la Unión Europea un "plan de acción".

"Nos enfrentamos a la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial. Es una verdadera migración de pueblos, y Serbia y Macedonia son los países de tránsito", ha manifestado Dacic en rueda de prensa. "Este es un problema de la Unión Europea y nosotros (los países de tránsito) esperamos que tenga un plan de acción", ha proseguido. "La UE debe traer un plan primero y solo después pedirnos a nosotros hacer algo. Voy a ser muy directo. Estamos soportando la peor parte del problema", ha añadido el ministro serbio.

Cifras récord

Hungría, miembro de la UE y del espacio Schengen -con libre circulación en el interior de sus fronteras- se ha convertido en el mayor punto de entrada de los inmigrantes que llegan por tierra. Este país no participa, sin embargo, en la cumbre de Viena. Los inmigrantes siguen afluyendo en masa a Hungría desde la frontera serbia, y este miércoles se estableció un nuevo récord con la llegada de 3.241 personas, ha informado este jueves la Policía de ese país.

Entre estos refugiados, en su mayoría originarios de Siria, Afganistán y Pakistán, figuran 700 niños. Desde comienzos de año, Hungría recibe un flujo de inmigrantes sin precedentes con más de 140.000 llegadas, es decir, más del doble del total de 2014.

El partido en el poder en Hungría, el conservador Fidesz, anunció el miércoles que presentará ante el Parlamento una propuesta para que el Ejército ayude a contener el flujo de inmigrantes procedentes de Serbia.

Por su parte, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) británica ha revelado hoy que el Reino Unido registró el mayor saldo migratorio (número de inmigrantes menos número de emigrantes) desde que hay registros en los doce meses anteriores a abril, que se elevó a 330.000 personas.

Desastre humanitario

Alarmado por el desastre humanitario que genera el flujo de migrantes, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, instó el miércoles en París a "los países, en Europa y en otros lados, a mostrar compasión y hacer mucho más para superar la crisis".

Por su parte, el jefe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, y el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, pidieron la urgente creación de los llamados "hotspots", los centros donde se distinguen a los refugiados que huyen de guerras de los inmigrantes únicamente económicos.

Originalmente esta cumbre de Viena estaba destinada a tratar el tema de la ampliación de la UE pero ahora estará centrada en lo que sus organizadores denominan el "desafío migrante".

Antes de la conferencia, el ministro austriaco de Exteriores, Sebastian Kurz advirtió que su país -que "tiene mas inmigrantes que Italia y Grecia juntos"- consideraría aplicar medidas antimigración, que incluirían "controles fronterizos más estrechos", si la UE no aporta una respuesta unificada al problema.

De momento, las respuestas europeas ante la crisis son dispares: Hungría construye una valla de 175 kilómetros para contener a los inmigrantes procedentes de Serbia, mientras el viceprimer ministro de la República Checa, Andrej Babis, apela al "cierre" de la frontera exterior de Schengen para "defender" esta zona europea con la ayuda de la OTAN.

Por su parte, Alemania, que se prepara para recibir 800.000 solicitudes de asilo este año, ha flexibilizado este proceso para los sirios que huyen de la guerra civil en su país. Una actitud que el presidente de EE UU, Barack Obama, saludó en una llamada telefónica a Merkel efectuada el miércoles.