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COLPISA / AFP
Sábado, 27 de junio 2015, 11:06
El primer ministro francés, Manuel Valls, ha advertido este sábado que Francia se expone a sufrir más atentados, tras el mortal ataque a una planta de gas industrial cerca de la ciudad de Lyon, en el que un hombre murió decapitado. "Es muy difícil para ... una sociedad vivir bajo la amenaza de atentados durante varios años", ha afirmado Valls, quien ha dicho que "la cuestión no es saber si va a haber un nuevo atentado, sino cuándo".
Después de que el viernes un hombre muriera decapitado en un ataque contra una planta de gas de la empresa Air Products en la localidad de Saint-Quentin-Fallavier (centroeste), Valls, quien se encontraba en Colombia y canceló su gira por América del Sur tras el atentado, dijo en el vuelo de vuelta que estas amenazas son "una prueba para la sociedad".
En el atentado a la planta francesa, se encontraron banderas islamistas cerca de la cabeza decapitada de la víctima, que era el responsable de una empresa de transportes en la que trabajaba el principal sospecho del crimen.
Detenido poco después de lo ocurrido, el presunto autor del ataque es Yassin Salhi, un hombre de 35 años, casado y padre de tres niños, que penetró en el recinto de la empresa con la presunta intención de hacerlo saltar por los aires.
Objetivo de "intimidar"
Esta es la primera vez en Francia que en un ataque que se sospecha que tiene relación con el yihadismo la víctima aparece decapitada, un método utilizado a menudo por el grupo Estado Islámico (EI) en sus acciones en Siria y Irak, donde el grupo ha proclamado un califato. "Este acto macabro de decapitación, con una puesta en escena, con banderas, es algo nuevo en Francia", ha afirmado Valls, quien cree que el ataque tiene como objetivo "intimidar".
El viernes el presidente francés, François Hollande, informó de que se habían encontrado inscripciones en el cuerpo de la víctima aunque no ofreció más detalles.
Valls, que aterrizó en Francia, a las 03.00 hora local (05.00 horas GMT) dijo que el terrorismo toma "nuevas formas que están diseñadas para sorprender". Este ataque "creó una tensión fuerte en la sociedad francesa, que va a ser explotada", ha señalado el primer ministro, que también se ha referido al atentado en una playa atestada de turistas en Túnez, en el que murieron 38 personas el viernes.
"Hay una sensación de réplica", tanto por el ataque en Francia como en Túnez, ha reconocido, ya que ambos países ya habían sido víctimas de atentados en los últimos meses.
La acción contra la fábrica francesa se produjo casi seis meses después de que tres yihadistas atacaran la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, un supermercado kósher y a policías, dejando 17 muertos en París en enero, mientras que el atentado en Túnez, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) se produce casi cuatro meses después de la matanza en el museo del Bardo, en el que murieron 21 turistas y un policía tunecino.
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