Renzi y Hollande empujan a la UE hacia las políticas de crecimiento

Los dos mandatarios socialistas reclamarán además tener presencia en el reparto de altos cargos de la UE como contrapartida al apoyo al candidato del PP europeo, Jean-Claude Juncker, a la presidencia de la Comisión. De hecho, el primer ministro italiano ha pedido que todos los cargos se discutan en un paquete.

Renzi quiere colocar a su ministra de Exteriores, Federica Mogherini, como Alta Representante para la Política Exterior, mientras que Hollande reclama para su ex ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, sea el presidente a tiempo completo del Eurogrupo, según informa la prensa italiana. A este cargo aspira también el ministro español, Luis de Guindos. Por su parte, la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, se perfila como la favorita para presidir el Consejo Europeo.

Flexibilidad en materia de déficit

"O Europa cambia de dirección, o no hay posibilidad de desarrollo y crecimiento", ha avisado Renzi en una comparecencia parlamentaria para explicar las prioridades del semestre de presidencia italiana de la UE, que comienza el 1 de julio. El primer ministro italiano ha dejado claro que no pretende cambiar el umbral del 3% de déficit que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pero ha apostado por una mayor flexibilidad.

"Nosotros no queremos vulnerar la regla del 3%, como hizo Alemania en el pasado", ha resaltado Renzi. A su juicio, "viola el Tratado quien habla sólo de estabilidad, no quien habla de crecimiento". "No puede haber estabilidad sin crecimiento", ha insistido el primer ministro italiano, para el que "o Europa asume la batalla contra el paro, o no habrá estabilidad posible".

Propuestas de Hollande

Por su parte, Hollande ha escrito una carta al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que le dice que "es el momento de cambiar de escala y de abrir una nueva etapa" en la política económica de la UE, según informa el periódico 'Le Monde'.

El presidente francés propone una "agenda para el crecimiento y el cambio en Europa" con cinco grandes objetivos: una política económica orientada hacia el crecimiento, la lucha contra el paro juvenil, una política europea de la energía, el control de los flujos migratorios y una simplificación de las instituciones.

Hollande reclama una mayor "flexibilidad" en la aplicación de las reglas presupuestarias de la UE para que éstas sean "favorables a la inversión y al empleo". El objetivo, sostiene, es "tener en cuenta las reformas comprometidas por los países y su situación económica".

El presidente francés apuesta además por un "programa de convergencia fiscal y social reforzado para luchar contra la competencia desleal", que debería incluir un salario mínimo en todos los Estados miembros y el refuerzo de la lucha contra el fraude fiscal. Hollande defiende además mejorar el funcionamiento de la zona euro con cumbres más regulares y con el nombramiento de un presidente a tiempo completo del Eurogrupo.