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colpisa / afp
Domingo, 27 de marzo 2016, 17:59
Al menos 72 personas han muerto y más de 300 han resultado heridas en una explosión cerca de un parque en Lahore, gran ciudad del este de Pakistán, donde los cristianos celebraban la Pascua, según un alto responsable local. La Policía ha detenido este lunes ... a 15 personas por su presunta relación con el atentado. Según las informaciones facilitadas por la cadena de televisión paquistaní Geo TV, entre los arrestados figuran tres hermanos del terrorista suicida, identificado como Yusuf Farid, residente en la localidad de Muzaffargah.
Las investigaciones preliminares apuntan a que el terrorista suicida fue profesor de un seminario de ocho años en Lahore tras terminar sus estudios religiosos en la ciudad de Dera Ghazi Khan. Los primeros indicios apuntan a que la bomba contaba con rodamientos de metal, que hicieron las veces de metralla, por lo que se sospecha que el atentado pretendía causar el mayor número de víctimas y de forma indiscriminada.
La masacre ha sido reivindicada por la facción talibán Jamaat ul Ahrar, que ha desvelado que su objetivo eran "los cristianos que celebraban la Pascua". Jamaat-ul-Ahrar surgió como una escisión del grupo Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), conocido como los talibán paquistaníes, debido a diferencias de algunos de los comandantes con la cúpula en torno a objetivos y operaciones.
La deflagración se produjo en un aparcamiento cerca del parque Gulshan-e-Iqbal, próximo al centro de la ciudad, donde la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua. "Condeno con firmeza el atentado de Lahore en el que nuestros ciudadanos inocentes, entre ellos mujeres y niños, perdieron la vida", ha declarado a través de la red social Twitter el líder de la oposición paquistaní, Imran Khan.
Para auxiliar a los heridos "hemos necesitado la ayuda del Ejército. Los militares llegaron al lugar y ayudan en las tareas de rescate y seguridad", ha precisado Muhamad Usman. Según este alto responsable administrativo de la ciudad de Lahore, medio centenar de niños figura entre las víctimas y el balance podría subir, puesto que hay varios heridos "en estado crítico". Un médico, el doctor Ashraf, ha descrito escenas de horror en el hospital Jinnah donde trabaja. "Hasta ahora hemos recibido más de 40 cuerpos y más de 200 heridos. La mayoría se encuentran en estado crítico. Temo que el balance se agravará". "Los atendemos en el suelo y en los corredores, y siguen llegando", ha agregado.
El parque Gulshan-e-Iqbal, muy popular entre la población, estaba especialmente lleno este domingo de primavera cuando la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua en Lahore, ciudad de 8 millones de habitantes. Javed Ali, residente de Lahore, de 35 años, cuya casa está situada enfrente de la entrada al parque, ha dicho que escuchó "una enorme explosión (que) hizo estallar las ventanas". "Todo temblaba, la gente gritaba y había polvo por todas partes".
En Pakistán, grupos islamistas armados tienen como objetivo a la minoría cristiana que representa cerca del 2% de la población de este país mayoritariamente musulmán suní de 200 millones de habitantes. En los últimos años, varias iglesias fueron objetivo de ataques en Lahore, bastión del Primer ministro Nawaz Sharif, en la provincia de Penyab. Algunos cristianos también fueron acusados de haber ofendido al islam, crimen al que se aplica la pena de muerte en Pakistán, según la controvertida ley sobre la blasfemia.
Enfrentamientos entre islamistas y el Ejército
Previamente, se han registrado enfrentamientos en la capital Islamabad y en la ciudad de Rawalpindi. Unos 25.000 partidarios de un islamista ahorcado el mes pasado, Mumtaz Qadri, desfilaron violentamente, con piedras, pese a la intervención de policías que lanzaron gases lacrimógenos.
El Ejército fue desplegado en la capital para "controlar" la situación y garantizar la seguridad de la zona alrededor del Parlamento, donde los manifestantes se congregaron en la noche, dijo por Twitter un portavoz del Ejército.
La ejecución el 29 de febrero de Mumtaz Qadri, un policía que mató en 2011 al gobernador Salman Taseer, fue percibido como un momento clave en la lucha contra el extremismo religioso, pero esta ejecución molestó a muchas corrientes islámicas, que se manifestaron masivamente en el sepelio de Mumtaz Qadri.
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