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COLPISA / AFP / AGENCIAS
Martes, 16 de junio 2015, 11:41
Una condena a cadena perpetua y otra a muerte, las dos en el mismo día. El Tribunal Penal de El Cairo ha confirmado la pena de muerte impuesta al derrocado presidente egipcio Mohamed Mursi y casi un centenar de islamistas por urdir su huida de ... una cárcel de las afueras de El Cairo durante la revolución de 2011. El mismo tribunal, horas antes, había condenado a Mursi a cadena perpetua por "espionaje" a favor del movimiento palestino Hamas, del Hezbolá libanés y de Irán.
La Casa Blanca ha asegurado que la sentencia contra el expresidente egipcio Mohamed Mursi tenía "motivos políticos", una crítica severa de Washington a su aliado militar.
"Estamos profundamente preocupados porque las sentencias pronunciadas hoy por un tribunal egipcio contra el expresidente Mursi y otros tuvieron motivos políticos", ha dicho el portavoz Josh Earnst, en reacción a la condena a muerte de Mursi por un tribunal egipcio por el papel que jugó en la rebelión de 2011.
El primer presidente electo democráticamente en Egipto puede recurrir la sentencia. Ya había sido condenado a 20 años de cárcel en un juicio por la violencia contra los manifestantes durante su corto mandato de un año. En total comparece en cinco juicios. Este martes, en el juicio por espionaje, la corte también confirmó las penas de muerte contra 16 coacusados, entre ellos dos dirigentes de los Hermanos Musulmanes de Mursi: el rico empresario Jairat al Shater y Mohamed al Beltagui.
Otras 16 personas, entre ellas el guía supremo de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, y el expresidente del parlamento Saad al Katatni, fueron condenadas a cadena perpetua, que en Egipto equivale a 25 años de detención. Otros dos, a siete años de prisión. El expresidente y los 34 coacusados fueron declarados culpables de haber proporcionado "informes de seguridad" a Irán, así como de espionaje a favor de Hamas y del Hezbolá "para cometer ataques terroristas en el país con el fin de sembrar el caos y derrocar al Estado".
Desde que Mursi fue derrocado por el ex jefe del ejército y actual presidente Abdel Fatah al Sisi, las fuerzas de seguridad llevan a cabo una represión contra sus partidarios que se ha saldado con al menos 1.400 manifestantes islamistas muertos. Y más de 40.000 fueron detenidos, según Human Rights Watch. Además, cientos de personas fueron condenadas a muerte en juicios masivos sumarios. La represión se extendió a los movimientos laicos y de izquierda, punta de lanza de la revuelta de 2011 que expulsó del poder a Hosni Mubarak.
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