«No puedo ser cómplice del desastre de este país»

Durante la conversación con la encargada de la barbería suena el teléfono, lo atiende, mira con picardía y sonríe. Cuelga poco después y cuenta que quien la llamaba era una amiga que hasta ahora siempre había apoyado al chavismo, y que ahora le dijo: "No te equivoques el domingo, abajo y a la izquierda".

Tiendas y supermercados del este y oeste de la capital están repletos de personas ansiosas que, por un lado, esperan pacientemente en fila para entrar y ver si encuentran algún producto regulado de la cesta básica que siempre escasean o, por otro, simplemente compran lo que encuentran. Todo vale. Antonio Benítez es un comerciante venezolano de origen isleño del este de Caracas y, aunque reconoce que situaciones como esta le benefician, asume que "no es productivo para el país. Así no podemos seguir".

Atún, pasta o galletas

Los productos no perecederos como el atún, la pasta o las galletas saladas y la charcutería son los que más demandan los venezolanos en los últimos días, "mucho más que las semanas anteriores", dice el empresario. La prensa local del día amaneció diciendo que los precios registran una inflación acumulada entre enero y noviembre del 219,4%, cifra que rompe todos los pronósticos que se tenían para el cierre del año. Son fuentes no oficiales, debido a la falta de información por parte del Banco Central de Venezuela.

Pero la incertidumbre por el resultado de las elecciones y el miedo a que estos generen una eventual situación de descontrol o violencia en el país han llevado a los ciudadanos a abastecerse por las experiencias vividas en los últimos años.

En una tienda de tabaco y periódicos, el vendedor, mientras mira las portadas de los diarios, reconoce que "temo que si se produce una victoria de los opositores haya revueltas por parte de los seguidores de Maduro o, incluso, que Maduro no quiera aceptar los resultados". Sus temores se confirmarán casi ya en cuestión de horas.