26 años después, una nueva profesión de europeísmo

Hacía 26 años que no se veía en el Parlamento Europeo una comparecencia conjunta de los líderes de Alemania y Francia como la que ayer ofrecieron Angela Merkel y François Hollande. Los últimos en hacerlo fueron el presidente galo François Mitterrand y el canciller Helmut Kohl. Eran también tiempos convulsos y los líderes de las dos principales economías de lo que ahora es la Eurozona se dirigían a los parlamentarios en Estrasburgo para abordar el fin de la Guerra Fría y ensalzar las bonanzas del proyecto europeísta, que por aquel entonces experimentaba una de sus periódicas crisis.

Aquel 22 de noviembre de 1989 -justo dos semanas después de la caída del Muro de Berlín- Mitterrand y Kohl ya defendieron la idea de una Europa unida como fórmula para «avanzar y alcanzar la paz», un espíritu de solidaridad que ayer recuperaron Merkel y Hollande. El entonces canciller de la República Federal Alemana recordó a sus colegas de la Eurocámara que la división de su país fue «la expresión tangible y particularmente dolorosa de la división de Europa», por lo que «la política alemana y la europea son indivisibles y las caras de la misma moneda», precisó en un discurso profundamente comunitario, respaldado por Mitterrand.

Cinco años antes, el 22 de septiembre de 1984, ambos líderes protagonizaban otra imagen histórica al aparecer cogidos de la mano en el campo de batalla de Verdún, en el este de Francia, en conmemoración de la reconciliación franco-germana. Una sintonía que las autoridades de ambos países han mantenido intacta durante el último cuarto de siglo -sobre todo en lo referido a la defensa de la unidad europea- y que ayer volvió a quedar patente en la comparecencia ofrecida por Merkel y Hollande, calificada por el presidente de la Eurocámara de «visita histórica en momentos históricamente difíciles». «La Unión Europea se enfrenta a inmensos desafíos y necesita el fuerte compromiso de sus líderes», señaló Martin Schulz.