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Refugiados detenidos en la frontera entre Hungría y Serbia en Astohatolom. :: dado ruvic / reuters
Europa tendrá que dar la cara
DRAMA MIGRATORIO EN LA UE

Europa tendrá que dar la cara

La canciller alemana exige que los jefes de Estado y de gobierno de los Veintiocho afronten la polémica por las cuotas

JUAN CARLOS BARRENA

Miércoles, 16 de septiembre 2015, 00:18

Al final serán los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea quienes deberán resolver la crisis de los refugiados. Después del fracaso de la reunión de ministros de Interior de los países miembros de la UE en Bruselas la tarde del lunes, la canciller federal, Angela Merkel, y su homólogo austríaco, Werner Faymann, exigieron ayer la celebración urgente de una cumbre extraordinaria de estadistas que podría tener lugar ya la semana próxima. Los máximos dirigentes de los Veintiocho tendrán que dar la cara ante la peor crisis humanitaria que afronta el continente desde la II Guerra Mundial.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se comprometió a estudiar la convocatoria de la cita, dijo Merkel tras entrevistarse con Faymann en Berlín. Tusk prometió responder mañana después de celebrar consultas, aunque parece impensable que desatienda un requerimiento de Berlín. «No podemos esperar hasta mediados de octubre», afirmó la canciller en rueda de prensa, en referencia a una próxima reunión de ministros de Interior de la UE fijada en principio para el 8 de octubre y que ahora se adelanta al próximo día 22. Durante la comparecencia de prensa se pudo apreciar la estrecha relación entre Merkel y Faymann y ambos dejaron claro que no se arrepienten de las decisiones.

La cumbre deberá tener como objetivo no sólo abordar las controvertidas cuotas para la acogida de los refugiados en los 28 países miembros de la Unión Europea, sino cómo apoyar a los países de los que procede la avalancha de peticionarios de asilo. Los jefes de Estado y de gobierno tratarán también de «mejorar el diálogo» con Turquía, dijo la jefa del Ejecutivo germano, quien incluyó en la misma agenda la ya discutida, pero aún pendiente, creación de centros de acogida en las fronteras exteriores de la UE. En esos lugares y con la ayuda de funcionarios europeos, los recién llegados serán identificados y registrados. Y los inmigrantes por motivos económicos se verán rechazados de forma inmediata.

«Lo digo una y otra vez: lo podemos conseguir y lo vamos a conseguir», afirmó Merkel sobre las posibilidades de llegar a un consenso en Europa para resolver la crisis de los refugiados, tras reconocer que «no nos encontramos en una situación fácil». Pese a todo recordó que en el seno de la Unión Europea siempre se ha conseguido encontrar soluciones a los problemas y por ese motivo no debe perderse el optimismo.

La canciller rechazó además amenazas como un posible recorte de las ayudas que reciben de la UE aquellos Estados miembros que ahora se niegan a asumir una determinada cuota de refugiados. «Las amenazas no son el camino correcto», dijo Merkel, desacreditando así a su propio ministro de Interior, Thomas de Maizière, que horas antes se había pronunciado a favor de semejantes castigos. De Maizière, que había dado a entender que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, secundaba las medidas punitivas, también se vio desmentido por un portavoz del Gobierno comunitario.

Ambosl insistieron además en que el problema de los refugiados debe tener una solución conjunta por parte de Europa. «Es importante que no escondamos la cabeza en la tierra», dijo el canciller austríaco, para quien lo decisivo ahora es encontrar la manera de ayudar a la gente que se halla en apuros. Faymann subrayó que la cuestión es decidir si ese objetivo tiene tanta importancia como la resolución de la crisis financiera, pero también afirmó tajantemente que «no podemos dejar en la estacada a la gente que busca asilo».

No se podrá elegir el destino

El jefe del Gobierno de Viena fue más claro que su anfitriona al advertir sobre el peligro que la crisis de los refugiados supone para la integridad de la UE y destacó que, al igual que durante la crisis de la eurozona, Europa debe demostrar a los ciudadanos que es capaz de superar este reto. «Nadie debe perder la vida en busca de protección», señaló Faymann, que seguidamente advirtió de que la resolución del problema no puede quedar sólo en manos de Alemania, Austria y Suecia: «Tres países no pueden cargar solos con el peso de la cuestión humanitaria y el derecho de asilo».

Merkel defendió su decisión de abrir hace dos fines de semana la entrada al país de los refugiados que se encontraban entonces atrapados en Hungría y rechazó las críticas contra su persona de sus socios socialcristianos de Baviera por, supuestamente, provocar un mayor flujo de indocumentados al decidir abrir las fronteras. «Hay situaciones en las que no puedes estar reflexionando doce horas», dijo la canciller, quien subrayó que antes consultó con su ministro de Exteriores y un equipo de asesores jurídicos. «Si encima ahora tenemos que empezar a disculparnos por mostrar un rostro amable en una situación de emergencia, entonces éste no es mi país», reprochó. Su colega austríaco la secundó de inmediato: «Te estoy muy agradecido por no dudar a la hora de tomar esa decisión». Faymann subrayó además que «ser humanitarios no es una vergüenza, lo contrario es una vergüenza».

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