«Oíamos pasos, tiros y gritos. No nos atrevíamos a salir»

«Papá, nos acaba de encontrar un policía». Fueron las primeras palabras de Cristina Rubio tras pasar cerca de 24 horas oculta junto a su marido, Juan Carlos Sánchez, en una sala del Museo el Bardo. El joven, de 33 años de edad, explicó que decidieron esconderse nada más se percataron de la irrupción de los terroristas. «Vimos cómo disparaban a los de la puerta. Y abatieron a uno», comentó en un vídeo recogido por Antena 3. Desde entonces, la pareja de Sueca permaneció 23 horas en un cuarto de limpieza. Sin agua ni comida. Completamente a oscuras y con los móviles apagados. Fuera, mientras, los terroristas disparaban a todo aquel que salía a su paso. «Oíamos tiros, pasos y gritos... No nos atrevíamos a salir. Teníamos miedo de que nos cogieran», explicó Cristina a su padre, David Rubio, en una tranquilizadora llamada.

La joven, nada más ser rescatada, pidió agua y azúcar a los agentes. Su estado, se encuentra embarazada de cuatro meses, la había dejado muy debilitada tras casi un día sin líquido ni alimento. De inmediato, fue trasladada a un centro hospitalario de Túnez donde se le sometió a una exhaustiva revisión médica. Las pruebas resultaron satisfactorias para ella y su niña. «El bebé está bien», confirmó su abuelo.

Juan Carlos y Cristina han querido aceptar este episodio con la mayor naturalidad posible. Lejos de tratar de borrar el viaje al país quieren tenerlo muy presente el resto de sus vidas. Por eso, tal y como dijo el ministro de Salud tunecino, Said Aidi, la pareja llamará a su futura hija Túnez. El abuelo de la niña, en cambio, se extrañó de esta decisión. «Si ya tenían nombre elegido», comentó. La pareja trataba ayer por la tarde de descansar en dependencias de la Embajada española, exhaustos tras la dramática experiencia.

Los jóvenes celebraron su boda el pasado 8 de marzo rodeados de familiares y amigos íntimos. Apenas 70 personas acudieron al enlace. Se trata de una pareja «discreta». Ocupan su tiempo libre entre los amigos y su familia. De esta forma ponían el broche a una relación de casi siete años. Ambos compartieron estudios. Se conocieron como tantas parejas en su etapa de estudios superiores en Valencia y desde entonces se hicieron casi inseparables. Desde hace unos meses vivían juntos en Sueca Cristina trabaja de enfermera en el centro de salud de la localidad. Su familia es muy conocida en la localidad, de apenas 1.500 habitantes. Su abuelo tenía un horno y su tío regenta un establecimiento de venta de prensa y regalos. Juan Carlos trabaja para una empresa dedicada a la comercialización de mascarillas de oxígeno.

Previsiblemente hoy tomarán un avión en Túnez que les llevará de vuelta a España.