La lucha por la Explanada de las Mezquitas enciende Jerusalén

La mezcla entre el ritmo progresivo de la ocupación en el este de la ciudad y el intento de ultranacionalistas judíos de rezar en la Explanada de las Mezquitas se ha convertido en un cóctel mortal para Jerusalén, donde la tensión crece día a día. Por segunda vez en menos de una semana un conductor palestino embistió con su vehículo una parada de tranvía. Esta vez el objetivo era una de las patrullas israelíes. Como resultado del ataque, un capitán de la Policía de Fronteras perdió la vida y otras trece personas sufrieron heridas de diversa consideración.

Tras el atropello, el conductor siguió a gran velocidad hasta colisionar con dos vehículos y cuando el conductor salió del interior fue abatido por los disparos de las fuerzas de seguridad hebreas. El nombre y la foto del responsable del ataque corrieron pronto de móvil en móvil en toda la ciudad. Ibrahim al-Akari tenía 38 años y vivía en Shuafat, en el este de Jerusalén, muy cerca de la parada de Shimon Hatzadik donde decidió empotrar su vehículo contra la patrulla israelí.

Desde Gaza llegaron inmediatamente las felicitaciones de Hamás, que calificó a Ibrahim como «un defensor de la mezquita de Al-Aqsa». «Hamás celebra a su mártir, Ibrahim al-Akari, igual que a Abdelrahmán Shalodi y Muataz Hijazi», indicó el movimiento islamista en alusión a los autores de los dos últimos atentados en Jerusalén. También Yihad Islámica mostró su satisfacción por esta acción kamikaze. En el otro extremo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, culpó al presidente palestino, Mahmud Abás, de ser el responsable del aumento de la tensión que se traduce en este tipo de atropellos y en enfrentamientos diarios en todos los barrios del este con las fuerzas de seguridad.

El atropello en Shimon Hatzadik se produjo en medio de los ecos de la batalla vivida a primera horas en la Explanada de las Mezquitas, la segunda en menos de 48 horas.