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El profesor Pedro Nueno, presidente de CEIBS. :: e. c.
«China no vive una crisis, sino un momento de ajuste»

«China no vive una crisis, sino un momento de ajuste»

Aunque «se está pintando una situación gravísima», a su juicio no lo es; el Gobierno desactiva burbujas que benefician al especulador

ZIGOR ALDAMA

Domingo, 23 de agosto 2015, 00:43

La mayoría de los economistas coincide en destacar que la segunda economía mundial muestra signos de debilidad. El crecimiento de China se reduce a niveles nunca vistos en un cuarto de siglo, el comercio exterior se resiente y aumentan las dudas sobre la fortaleza del consumo interno, indispensable para apuntalar el vuelco que el Partido Comunista quiere propiciar en un sistema que busca regirse por el lema 'crecer menos, pero crecer mejor'. No obstante, el profesor Pedro Nueno, presidente de la escuela de negocios más prestigiosa del país, la China-Europe International Business School (CEIBS), se muestra optimista. De hecho, recalca en varias ocasiones que el Gobierno chino está desactivando burbujas que sólo benefician a los especuladores para crear un sistema más igualitario.

-¿Por qué no comulga con quienes prevén un batacazo económico en China?

-La situación que se está pintando de China es gravísima, pero yo creo que no lo es. Sucede que el Gobierno está impulsando un sistema económico basado en el consumo interno, cada vez más alejado del motor que suponen las exportaciones. Su objetivo es que del crecimiento se beneficie más gente, porque una economía con más consumo es también una economía que distribuye mejor la riqueza. Vale más un 5% bien repartido que un 8% concentrado. Y se lo explico con un ejemplo: si hay mil multimillonarios que duplican su riqueza, eso implica un crecimiento del país; si en vez de eso hay un millón de pobres que pasan a ser un poco menos pobres, la tasa de crecimiento puede ser igual o menor, pero tiene mucho más impacto social y es más positiva para el país. Hay que tratar de analizar así las estadísticas macroeconómicas. Cuando yo hablo con empresas no veo una crisis, ni un parón económico, sino un momento de ajuste.

-Entonces, ¿cómo se entiende la devaluación de la divisa china?

-Tiene lógica porque se había apreciado muchísimo en los últimos meses. Lo que se ha intentado es poner el valor en su sitio. Y no es la primera vez que un país actúa de una forma o de otra, por ejemplo imprimiendo más dinero, para evitar fuertes revalorizaciones de su moneda.

-La Bolsa china también se ha convertido en una montaña rusa con fuertes caídas.

-No es ningún secreto que la Bolsa china estaba muy sobrevalorada. El valor real de las empresas y el que tenían en el mercado de valores no tenía nada que ver. Que ahora estén más cerca el uno del otro no significa que el país haya fracasado. Al contrario, se evita que el drama sea mayor. Porque se había generalizado la sensación de que la Bolsa nunca iba a dejar de subir y eso provocó que todo el mundo se lanzase a comprar acciones -el 80% están en manos de pequeños inversores-. Ha sido positivo que el Gobierno haya lanzado el mensaje de que la Bolsa no es para todo el mundo. La gente ahora es consciente del peligro y muchos se han dicho «si no entiendes de qué va la cosa, no te metas». Por eso, creo que la corrección impuesta por el Gobierno es acertada.

-¿Tampoco le preocupa la burbuja en el sector inmobiliario?

-Es otro de los sectores en los que el Gobierno chino ha intervenido para tratar de atajar la especulación. Ha decretado medidas para evitar que se sigan construyendo rascacielos en ciudades de primer orden, que, en muchos casos, están vacíos porque son propiedad de grandes fortunas que quieren diversificar sus inversiones. Además, en China no ha habido un desplome de los precios como sucedió en España. Eso es muy peligroso porque la gente se endeuda en exceso y arrastra al sector financiero. Si tenemos eso en cuenta, en China no hay una burbuja inmobiliaria.

-No obstante, sí parece que hay sectores, como el de automoción, que se han estancado.

-El crecimiento en el sector del automóvil es cíclico en todas partes. Por eso, no se puede esperar que las tasas de crecimiento del 20% o del 30% se den durante mucho tiempo. Al fin y al cabo, el automóvil es lo primero de lo que la gente prescinde cuando considera que hay problemas en la economía, y eso es lo que las noticias están dando a entender en China. Además se siguen vendiendo coches y no hay fábricas que hayan parado. Lo que pasa es que los empresarios suelen atribuir los resultados positivos a su buena estrategia y los malos al devenir de la economía. Yo he estado con fabricantes de componentes y no me ha parecido que les vaya mal.

Costes laborales

-La mayoría de las empresas se quejan del aumento de los costes laborales en China.

-No se pueden doblar los salarios de hoy para mañana, pero que aumenten es positivo porque la gente consumirá más y permitirá una transformación más rápida del modelo económico. Es reflejo de un PIB mejor distribuido y de una riqueza más sostenible que favorece a mucha gente.

-¿Cómo ve a China de aquí a una década?

-La veo bien. Creo que hay mucha gente razonable, interesada en formarse y salir al mundo. Veo políticas de apertura e intervenciones puntuales del Gobierno para mejorar aspectos en los que surgen problemas, como ha sucedido en la Bolsa. El turismo chino ha subido a lo bestia y eso también es una buena señal. Y no podemos olvidar el aumento de los estudiantes chinos que se forman fuera y que luego regresan a casa.

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