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COLPISA / EUROPA PRESS
Viernes, 17 de julio 2015, 10:10
La canciller alemana, Angela Merkel, comprobó hoy en el pleno del Parlamento cómo crece en las filas conservadoras el rechazo a aprobar nuevas ayudas financieras para Grecia, a pesar de que una amplia mayoría de la Cámara respaldó la apertura de negociaciones para un ... tercer rescate. Sesenta diputados de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside Merkel y de su ala bávara, la Unión Cristianosocial (CSU), votaron hoy en contra del tercer rescate para Grecia y otros cinco se abstuvieron.
Los países de la Unión Europea (UE) han dado hoy su visto bueno final a una financiación de urgencia de 7.016 millones de euros para Grecia, que estarán disponibles para Atenas el lunes, ha anunciado hoy el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis.
"Tenemos un acuerdo sobre la financiación puente para Grecia basado en un préstamo del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (MEEF), un acuerdo que ha sido respaldado por los 28 Estados miembro de la Unión y que evita que Grecia llegue a una suspensión de pagos inmediata", ha dicho Dombrovskis.
Uno de cada cinco diputados conservadores expresaron así su escepticismo ante la solución acordada por Merkel y el resto de socios de la zona euro, muchos más de los que se habían rebelado en las votaciones de los anteriores rescates. Sólo cuatro diputados del grupo parlamentario de la CDU-CSU se opusieron al primer rescate a Grecia, en mayo de 2010.
El segundo paquete de ayudas, que llegó al pleno del Bundestag en febrero de 2012, contó con el rechazo de 13 parlamentarios conservadores y su prórroga, en febrero de este año, no fue respaldada por 29.
Desde la tribuna de oradores, el diputado Klaus-Peter Willsch, resumió las dudas de los sesenta parlamentarios conservadores que hoy votaron 'no' al subrayar las promesas incumplidas por Grecia en los últimos cinco años y criticar por "irreal" el plan para conseguir 50.000 millones de euros con la privatización de activos públicos helenos.
"Los problemas de Grecia están en Grecia y sólo pueden resolverse en Grecia", manifestó ante el pleno, convencido de que "nada va a cambiar" por muchas más transferencias financieras que reciba el país.
En la votación de hoy, 439 diputados apoyaron la apertura de las negociaciones para el tercer rescate, frente a 119 votos en contra y 40 abstenciones.
Esta decisión del parlamento alemán, que se suma también a la luz verde que dieron el viernes los parlamentos austriaco y sueco, era la última condición para negociar los detalles del nuevo rescate de 86.000 millones de euros (94.000 millones de dólares).
Intervención de Merkel
En su intervención ante el parlamento para pedir su apoyo, Merkel reconoció que no "hay ninguna duda" de que el acuerdo alcanzado el lunes "es duro para la gente en Grecia, pero también para los demás". Para la canciller, que este viernes cumple 61 años, este "último intento" de negociar exige una "solidaridad sin precedentes" para unos y "exigencias sin precedentes" para los griegos, pero la alternativa, dejar caer a Grecia, hubiera producido un "caos" y hubiera sido "irresponsable".
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quien ha defendido a título personal la salida temporal de Grecia de la zona euro, el temido 'Grexit', también ha defendido ante los diputados de su partido el voto a favor del mandato negociador. "Haré todo para que este último intento sea un éxito", ha prometido.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha reconocido que hubo un momento durante las conversaciones del pasado fin de semana en Bruselas durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona en que Europa "estuvo al borde de la catástrofe" cuando el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y la canciller alemana, Angela Merkel, se plantaron en sus respectivas posiciones, según ha confesado al diario griego 'Kathimerini' en una amplia entrevista publicada hoy.
El punto de ruptura se localizó en la cantidad que Atenas debía destinar a un fondo de privatización, considerado como uno de los puntos esenciales del acuerdo. "Sobre las siete de la mañana, cuando Tsipras y Merkel solicitaron un descanso, tenía la sensación de que estábamos a punto de fracasar", ha declarado Tusk. La diferencia de pareceres residía en una distancia de 2.500 millones de euros. "En ese momento les dije que si las negociaciones terminaban sin resultado, estaba dispuesto a anunciar que Europa iba a quedarse al borde de la catástrofe por 2.500 millones de euros", ha relatado Tusk al diario heleno.
Tusk ha percibido las primeras señales negativas durante la primera reunión del sábado del eurogrupo. "Creó una atmósfera que propició la última frase del documento inicial que insinuaba una posible salida de Grecia del euro, debido a la frustración reinante, sobre todo después del referéndum en Grecia", ha declarado Tusk en referencia a una mención, supuestamente planteada por el ministro de Economía alemán, Wolfgang Schaeuble, y finalmente retirada, en la que se planteaba un "tiempo muerto" para Grecia fuera de la moneda única de cinco años de duración.
Tusk ha insistido en la idea de que el plebiscito convocado por Tsipras para el pasado 5 de julio en el que se rechazaron las propuestas iniciales de los acreedores "pudo haber fortalecido al señor Tsipras en Atenas, pero le debilitó aquí (en Bruselas)".
Finalmente, ambas partes consiguieron llegar a un entendimiento sobre el dinero a destinar al fondo de privatización -finalmente fijado en 50.000 millones de euros-. "Una vez aceptaron, tardamos literalmente diez minutos en redactar el texto final", ha aseverado Tusk.
Resultado: empate
El presidente del Consejo Europeo ha eludido valorar la cumbre como una victoria o una derrota para Alemania. "Creo que la posición de Alemania, tras las negociaciones, no se ha reducido ni fortalecido. Estoy seguro que el resultado fue un empate, en el que nadie acabó satisfecho al cien por cien".
La clave, ha aducido, era impedir la salida de Grecia del euro, un escenario que Tusk ha descrito como "dramático" y que habría comportado "consecuencias políticas, ideológicas y geopolíticas". Tusk cree que ni siquiera Alemania se habría atrevido a llegar más allá de usar esa hipotética salida como una amenaza.
"Estoy bastante seguro de que para la señora Merkel fue una herramienta de negociación muy fuerte, pero no su objetivo político. Todos los líderes, entre ellos Merkel, tenían la intención de evitar un 'Grexit' y el argumento del señor Schaeuble mostró al señor Tsipras que esta solución dramática era realista y posible", ha concluido.
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