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Victorio Calero
Martes, 19 de enero 2016, 09:15
En medio de la tempestad que se ha desatado en el tenis mundial por los casos de amaños y apuestas ilegales, una de las sorpresas del año: Verdasco eliminó a Nadal a las primeras de cambio en Australia. Hay encuentros que marcan una carrera. Así ... fue para ambos en el 2009 y así lo será para Fernando Verdasco, que este martes se salió. Quién sabe si también para Nadal, que hace siete años conseguía uno de los triunfos más importantes de su carrera y este martes una de sus derrotas más delicadas. El partido tuvo la épica de aquel duelo, con un quinto set en el que el madrileño se lució, no así el nivel, ya que los errores fueron más visibles que los aciertos salvo en el set decisivo -el ganador hizo 91 errores no forzados y 90 ganadores-.
La potencia del número 45 fue demasiado para el balear, que no estuvo cómodo nunca ni encontró su derecha en ningún momento.Se mantuvo vivo las cuatro horas y 41 minutos que duró el partido gracias más a los bajones de su rival que a los aciertos propios. Intermitente y con muchas más dudas que certidumbres en su juego, Nadal cayó por primera vez en su carrera en primera ronda del Open de Australia. Y lo hizo merecidamente porque Verdasco fue superior, de ahí su triunfo por 7-6. 4-6, 3-6, 7-6 y 6-2.
Una empresa que se complicó desde el inicio para el pupilo de Toni Nadal. Para empezar, el semifinalista en 2009 se propuso hacerlo todo él. Lo positivo: la agresividad desde la línea de fondo. Lo negativo: tanto fallo. Fue un set básicamente dominado por los servicios. De ritmo frenético, el duelo avanzaba sin opciones de break: Nadal no tuvo ninguna oportunidad en toda la manga, mientras que Verdasco gozó de tres. Pero ese 0-40 desaprovechado por el madrileño con 4-4 no le lastró mentalmente como otras veces. Al contrario, le espoleó. El que sufrió más con la presión fue Nadal, que falló con su saque en el momento clave: con 6-6 en el tie-break hizo una doble falta y su rival no perdonó.
El de Manacor sufría de lado a lado de la pista sin dominar la bola. Su inferioridad en la pista le había obligado a retroceder. Enfrente tenía a un rival con un propósito: tirar martillazos desde la línea de fondo. Zurriagazo va y zurriagazo viene, así se había llevado el primero y así continuaba planteando el segundo. El problema para él es que la cuenta de errores no forzados se disparó, no así la de winners. Por ahí se dejó el segundo y el tercer acto.
Verdasco remonta un 2-1 en contra
Nadal parecía que tenía otra cara. Algo mejor de piernas fue metiéndose en la pista. Eso sí, su derecha estaba lejos de su mejor nivel. Mientras, la impresión general era que Verdasco acabaría diluyéndose con el paso de los juegos.No fue así. Fue capaz de cortar la progresión del balear cuando los tiros del manacorense más daño estaban haciendo. En ese momento reaparecieron los zambombazos del número 45 del mundo. Así se hizo con la muerte súbita del cuarto set. Y así diseñó una excelsa quinta manga. El de Manacor estaba siendo desmantelado por un torbellino en forma de zambombazos desde todos los sitios de la pista. No había bola que no reventase ni punto que completase sin arrasar a su oponente. Era su día y su mente, la que otras veces le había fallado, se quiso también sumar a la fiesta. Pegó y disfrutó. Remontó el 2-0 inicial para acabar con un parcial de 6-0. A Nadal, no a un cualquiera. Cierto que a un Nadal muy desmejorado, sin chispa ni alma, pero al ganador de 14 títulos de grand slam, el campeón en 2009. Era la jornada de Fernando Verdasco, el partido que soñó hace siete años, el día también de la debacle de Rafael Nadal en Australia.
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