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David Sánchez de Castro
Lunes, 30 de marzo 2015, 20:33
Menos de 24 horas después de disputar su primera carrera de Fórmula 1, Roberto Merhi regresó al barro. El piloto valenciano estuvo este lunes en el Motorland de Aragón probando con el monoplaza del Pons Racing, el equipo de las World Series que le fichó ... antes de fichar por Manor.
El castellonense finalizó este lunes 17º al volante del monoplaza amarillo del equipo Pons, lo que podría considerarse un resultado algo pobre para un piloto que el año pasado acabó tercero en este campeonato. Sin embargo, es muy poco común ver a un piloto que ha probado las mieles de la Fórmula 1 darse la paliza de un viaje de Malasia a España exclusivamente para ayudar a sus excompañeros.
Y es que, salvo que aparezca un piloto con un maletín cargado de dinero, el salto de Merhi es definitivo a la máxima categoría. Ese es precisamente su mayor problema, a la vez que su gran ventaja: él, a diferencia de otros, no ha llegado a la Fórmula 1 con un fajo de billetes en la mano, sino que el talento y el buen hacer le han dado la oportunidad. El problema es que, a día de hoy y más en un equipo con las circunstancias de Manor, eso es un factor secundario.
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