El Naturhouse rechazará su plaza en la Champions League

LOGROÑO. Es el sueño de todo deportista, pero a veces resulta inalcanzable a pesar de merecerlo. Al menos ese es el caso del Naturhouse Logroño, que ha ganado la Superliga y, por tanto, una recuperada plaza en la Champions League para el voleibol femenino europeo. Plaza que rechazará para volver a jugar, a cambio, la Challenge Cup, más asequible a sus aspiraciones.

«Competir en Champions supone una exigencia muy elevada en todos los niveles (económico, de estructura organizativa, logístico e incluso de disponibilidad del Palacio de los Deportes) que, a día de hoy, no tenemos», confiesa el presidente del Club Voleibol Logroño, Carlos Arratia. Eso, a pesar de que el sistema de juego de la Champions resulta atractivo, con una primera fase en forma de liguilla que asegura seis partidos, tres de ellos en casa. «Pero puede ser una 'trampa', pudiendo originar gastos enormes si varios rivales son de países del Este de Europa del Este», razona Carlos Arratia, quien es consciente de que «competir con ciertas garantías contra los equipos número uno de la mayoría de países europeos es a día de hoy inaccesible para nosotros».

Y es que el Naturhouse Logroño ya piensa, por una parte, en defender el título de Supercopa que la Real Federación Española de Voleibol desea extinguir al desaparecer el que sería su rival, el Iruña (subcampeón de la Copa de la Reina), y por otra, reforzarse para afrontar la Challenge. «Hemos emprendido un plan de financiación que nos permita encontrar mayores apoyos para potenciar nuestra presencia en Europa desde la próxima temporada», anuncia Arratia, consciente de que «con el nivel deportivo que podemos alcanzar, en función del presupuesto del que disponemos, podemos competir dignamente con los representantes de determinados países, pero tendremos grandes problemas con otros».