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Javier Bragado
Lunes, 9 de mayo 2016, 01:08
El equipo español de natación sincronizada se clasificó por primera vez para unos Juegos Olímpicos en el año 2004. En Pekín 2008 y en Londres 2012, con la controvertida Anna Tarrès como seleccionadora y directora técnica, se subieron al podio. Aunque el dúo podrá intentar ... repetir la racha, el equipo no estarán en Río 2016 porque en el preolímpico acabó en quinta posición con Ana Montero como directora técnica y Esther Jaumà como seleccionadora. El resultado ha sido justificado por el cambio a unas reglas que priman más el ejercicio sobre lo artístico, al cambio generacional forzado y al aumento de nivel de sus adversarias. Sin embargo, algunas antiguas componentes de la formación rebaten o matizan estas teorías.
Por ejemplo, Thaïs Henríquez, plata en Pekín 2008 y bronce en Londres 2012, asegura que la ausencia olímpica del grupo no debe sorprender. «Claro que no. Esto no es fruto de una mala competición ni de un complot de árbitros internacionales. Mala suerte puede haber en una competición pero cuatro años... en tanto tiempo seguido es demasiada mala suerte. No se pueden bajar siete puntos desde Londres hasta ahora y más en un deporte con estas exigencias, donde todos quieren subir, se lucha por décimas y la bajada de un punto te baja de un podio», analiza con firmeza la canaria. «Sé el trabajo que hay detrás pero también sé que los otros países siguen entrenando y luchando por esa plaza olímpica que no es fácil. Un poco sorprendida sí, pero eso también sirve de lección para ver qué se tiene que cambiar para el futuro», completa Margalida Crespí, bronce en Londres 2012 como nadadora y actualmente entrenadora de la selección colombiana.
A la hora de enumerar cambios, Henríquez mira directamente a las responsables. «Es fruto de una mala gestión y se debió afrontar la situación mucho antes. En el Europeo (2014) ganó por primera vez Ucrania y consiguieron dos puntos menos respecto a Barcelona 2013 (un Mundial sin la dominante Rusia). En ese momento se debió ser profesional, aceptar las responsabilidades, dar un golpe sobre la mesa y cambiar algo», dispara Henríquez. «En el momento de que detectas el error tienes que ser capaz de subsanarlo. Si no, se agranda la bola y el trabajo de estas niñas, que han entregado muchísimas horas de su vida durante este tiempo confiando en algo ciegamente... Al final no es justo que por el hecho de no haber sabido gestionar, de no haber sido capaz alguien de dar un golpe, que se haya arrastrado una situación que ha rebotado en las peores, que son las propias nadadoras», defiende la canaria.
«España ha bajado el nivel. Significa que también ha sufrido un cambio generacional como muchos equipos. No es culpa de nadie, es que otros equipos vienen ilusionados desde abajo y España tienen una motivación diferente», tercia Crespí. «Eso son excusas», replica Henríquez con una risa de acompañamiento. «Cambio generacional hubo de Pekín a Londres porque teníamos tres veteranas y ahora contaban con cuatro. La media de edad era más joven. Ahora había muchísimo talento que se debió de haber sabido explotar. Contaban con materia prima muy buena pero ni mucho menos es culpa de un equipo con menos nivel. Está claro que si ese nivel ha decrecido ha sido totalmente responsabilidad de un equipo técnico que no ha sabido explotarlo. Viene de aquí todo. Es lógico y se debería haber detectado», sentencia la canaria.
Crespí recuerda una baja técnica importante: Mayuko Fujiki. La japonesa, candidata la sustitución de Tarrés, se ha encargado de dirigir a China hacia el segundo puesto mundial de la natación sincronizada en este ciclo olímpico. «Para mí Tarrés fue ejemplo como todas las que he tenido como entrenadora pero mi gran ejemplo ha sido Mayu, que ha sido la mejor de las grandes entrenadoras que he tenido. Ahora está donde tiene que estar, se merecía estar en un equipo tan potente. Cuando ella se fue se fue una parte de mí se fue con ella. Para mí fue una pérdida importante pero a lo mejor para otra sin tanta conexión no lo fue tanto», explica la balear, que responde con ambigüedad sobre las razones de la marcha de la asiática: «Todo pasa por una razón».
En los Campeonatos de Europa (del 9 al 13 de mayo) España competirá con un grupo renovado y sin Gemma Mengual ni Ona Carbonell, ya que el dúo estrella se reservará hasta Río 2016, un objetivo que no está claro. «Todo el mundo está entrenado muy fuerte y hasta la competición no podremos ver nada porque están todos inmersos en los Juegos. No puedo vaticinar, pero ojalá consigan la medalla», dice Henríquez. «Las veo fuertes, con una coreografía diferente, muy bonita. Me quedé sorprendida en el preolímpico, pero es tan subjetivo...», completa Crespí.
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