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Javier Bragado
Lunes, 20 de julio 2015, 11:55
Los hombros combaten estos días contra el cerebro de Mireia Belmonte. La nadadora catalana debate si participar en los Mundiales de Kazán mientras que una bursitis frena sus brazadas en la piscina. En medio, su entrenador, Fred Vergnoux, el hombre que canalizó y concentró el ... talento de la catalana, intenta que oriente su decisión hacia un proyecto a largo plazo. «Me dice que es mejor que no compita porque él cree que hay que hacer un descanso de hombros para que se recuperen bien», reconoce con seriedad la deportista sobre las instrucciones de su mentor.
El dolor suele convivir con los atletas durante sus entrenamientos pero en el caso de la badalonesa se ha convertido en insuperable. Se nota en que su sempiterna sonrisa no es tan abierta a pesar de que intenta disimular el recuerdo del sufrimiento. «Simplemente cuando me tiro al agua escucho al cuerpo. Cuando me duele un poco más, bajo el ritmo y voy jugando con eso», relata la nadadora sobre su último mes y medio. No obstante, ha volteado el aspecto negativo para convertirlo en un factor para el optimismo: «El dolor es un aliado porque sabes si duele o no. Cuando te duele mucho bajas el ritmo para que la lesión no vaya a más y cuando está un poco más relajado el dolor puedes meter un poco de caña».
El problema para la doble medallista olímpica es que los plazos para competir en la pileta con las grandes estrellas mundiales es muy breve. «El 27 de julio marchamos para Kazán así que espero saber días antes si podré o no», descuelga. Sin embargo, el intento de despistar se inclina más con su intención de ofrecer esperanzas. Aunque se ha inscrito en todas las pruebas ha descartado competir en aguas abiertas y en las de mayor distancia mientras el tiempo avanza en su contra.
De hecho, todo apunta a que viajará a Kazán para anunciar su renuncia en pleno campeonato, rodeada de las grandes especialistas para que sus rivales no se olviden de su presencia, para que el mundo de la natación pueda arroparla y para que sus patrocinadores puedan ofrecer una foto con el fondo amplificador de la FINA (Federación Internacional de Natación).
Después de un acto publicitario de Renault, uno de sus mecenas, reflexiona sobre sus intenciones y responde fácilmente a la pregunta de si tuviera que elegir sólo una prueba en Kazán: «El 200 mariposa porque es en la que mejor me siento nadando y es como mi prueba favorita». Se la observa calmada y con la conciencia tranquila en el caso de que tenga que renunciar, mientras se percibe que ha asumido su ausencia.
«Si decido no ir, será para bien. Si sacrifico este Mundial es para estar bien en los Juegos Olímpicos, que creo que de verdad es lo importante, el objetivo de cada cuatro años de cada ciclo. Anímicamente será difícil pero seguiré entrenando, aunque supongo que sólo la parte inferior. Ya empezará otra temporada nueva que espero iniciar ya recuperada. Lo vería por la tele y empezaría con más ganas», insiste para convencerse a sí misma de que la renuncia sería positiva.
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