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Javier Bragado
Lunes, 15 de junio 2015, 00:19
Patricia García (2-12-89) está enamorada. Piensa, sueña y planifica cada día con un balón oval. El rugby se ha convertido en su vida y lo ha agarrado fuerte. «Me apasiona como deporte. Dentro del campo hay infinidad de técnicas, de tácticas... Es muy ... complicado pero a la vez son muy simples de entender sus nociones básicas y ese equilibrio me gusta bastante y sobre todo también se transmite fuera del campo», cuenta sentada en el campo Central de Madrid, donde las selecciones españolas de ambos sexos suelen disputar los encuentros como locales. «En el rugby a siete o a quince no hay tiempo para pensar. Tienes que actuar, tienes que anticipar y sobre todo a mí me gusta crear espacios, huecos o el avance tanto en ataque como en defensa. Eso debe surgir como espontáneo, de manera natural. Se trabaja previamente en los entrenamientos pero en el campo no hay que pensar, hay que jugar y disfrutar», detalla la madrileña que dirige, placa, corre y patea en el césped.
Patricia García personifica la voz femenina del rugby español. Lidera a las 'leonas' tanto en el césped como fuera del campo y ha decidido contagiar ese amor en España, un país con un grupo de aficionados incondicionales pero con un puesto fuera del foco a pesar de que el equipo discute por una plaza en Río. En la primera fase de los campeonatos de Europa las 'leonas' fueron cuartas con García como máxima anotadora (19 puntos), pero el próximo fin de semana en Francia pueden lograr la primera plaza con pasaporte automático para Brasil o la segunda con plaza en el torneo preolímpico. «La repercusión que puede tener para el rugby español si conseguimos clasificarnos a los Juegos esperamos que sea muy grande y que ayude a la difusión», adelanta la madrileña que enmarcó con el ensayo final el inolvidable triunfo en mayo ante la poderosa Nueva Zelanda en las Series Mundiales.
Más allá de los Pirineos y de Europa, Patricia García también es una cara reconocible con sólo 24 años. Campeona de Europa en las modalidades de XV y VII, campeona del mundo universitario en el 'seven' y ganadora de la competición de clubes francesa, España se le quedó pequeña. Además, trabaja de secretaria de la Comisión de Atletas en Europa, fue embajadora de la candidatura olímpica de Madrid 2020 y ha competido durante dos campañas en el torneo por regiones de Nueva Zelanda con el equipo de Waikato. Pero la 'leona' no ha rebajado el ritmo, sino que se ha impulsado en su logros para propagar su pasión.
Sin referentes
«Cuando caí enamorada de este deporte no encontraba ningún referente femenino. Ver eso me removió la conciencia y decidí que había que compartirlo. Al final es una labor que llevo durante años y por el retorno que tengo vamos por buen camino», señala quien gestiona su página oficial (patriciagarciarodriguez.com), busca toda clase de alternativas para extender su palabra y reconoce que ha aumentado el interés desde Sudamérica. Sus imágenes de simulación de partidos de rugby con la etiqueta 'rugbing' se multiplicaron con una fotografía en que placaba a Pau Gasol, nunca falta a cualquier acto en que pueda colaborar a lograr más manos que atrapen el balón oval y anima a sus compañeras para aumentar sus iniciativas.
Sin embargo, Patricia García no cambiaría su lugar de nacimiento por uno con un área con tradición cultural 'rugbier'. «¿Que si me hubiera gustado nacer en Australia o Nueva Zelanda?», se pregunta entre risas en voz alta. «No lo sé. Yo estoy muy contenta con mi naturaleza, con donde he nacido, con la vida que he llevado y que llevo y el poder irme a Nueva Zelanda forma parte del sueño, de esta vida. Si hubiera nacido allí hubiera sido una vida diferente y a lo mejor no estaría haciendo lo que hago ahora», reflexiona sin soltar el balón. «Una de las controversias del deporte es si a mayor cantidad de fichas vas a tener más nivel en tu selección nacional. Pero eso no siempre se ha dado así en otros muchos países y en otros deportes. La dedicación, la calidad de los entrenamientos o la implicación de las jugadoras y de los proyectos deportivos también juegan un papel muy importante y hace que los resultados vengan sin tener mucha trayectoria o cultura», argumenta, para descartar la envidia y ensalzar el trabajo de sus compañeras. Además, la dualidad le ha permitido compartir su amor en dos hemisferios.
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