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Igor Barcia
Lunes, 15 de agosto 2016, 04:12
Esta madrugada el triple-triple se ha puesto en marcha. El primer oro de Río 2016 ya está en el cuello de Usain Bolt, en un nuevo paso para ampliar su leyenda hacia un territorio completamente desconocido en el atletismo. Con su tercer oro olímpico ... consecutivo en 100 metros, parece claro que el jamaicano compite contra el paso del tiempo, más que contra los rivales. La lucha entre el bien y el mal que hace años se representó en la recta del estadio entre Bolt y Gatlin ya parece haber quedado atrás. La pelea ha quedado descafeinada por la superioridad continuada del jamaicano, que ya pelea contra sí mismo y la historia del atletismo.
"El atletismo necesita que yo gane en Río", afirmó antes de arrancar su participación el jamaicano en una entrevista al diario francés "Le Parisien" efectuada en julio y difundida pocas horas después de que se clasificara para las semifinales de 100 metros."Sé que el atletismo necesita que yo sea el mejor. Yo quiero lo mismo. Si quiero ser uno de los más grandes, tengo que seguir ganando", declaró Bolt.
Es lo que lleva haciendo prácticamente una década. Desde que Glen Mills se encargó de su preparación, Bolt se ha dedicado a acumular éxitos. Se convirtió en uno de los protagonistas de los Juegos de Pekín en 2008 con su primer triplete 100-200 y 4x100, con récord del mundo incluído (9,72), y en 2009 detuvo el tiempo en el Mundial de Berlín, cuando estableció dos récords del mundo que hoy todavía perviven en 100 y 200 metros lisos con registros de 9,58 y 19,19. Su borrón en el Mundial de Daegu de 2011 cuando fue descalificado en la salida de los 100 metros le llevó a darse cuenta que no debía perder la concentración ni el respeto al atletismo y a los rivales. Desde aquel momento, Usain Bolt es puro espectáculo antes y después de la competición, pero se mantiene centrado en todo momento mientras está en acción. Así fueron cayendo titulos mundiales y olímpicos, para convertirse en lo que es hoy en día, la gran referencia del atletismo mundial y el espejo donde mirarse un deporte que lucha por limpiar su imagen demasiadas veces manchada por el dopaje.
El lo sabe perfectamente, y en sus declaraciones va en esa vía. El jamaicano, de 29 años, que vislumbra ya su retirada, considera que si el deporte me necesita, si me puedo motivar un poco todavía un año, entonces por qué no continuar un poco. Si mi entrenador me dice que todavía puedo ganar, confío en él", afirmó recientemente. Bolt sí ha dejado claro que estos son sus últimos Juegos, y admitió que en la actualidad no ve a nadie capaz de batir sus récords del mundo. El día que alguien lo haga "seguiré siendo el hombre con nueve medallas de oro en los Juegos. Las medallas valen más que nada porque quedan para la eternidad".
De momento lleva siete, pero pocos dudan que Usain Bolt tiene en su mano lograr el triple-triple para marcharse de Río como lo que es, una leyenda todavía en plena forma.
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