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José Martínez Glera
Sábado, 1 de octubre 2016, 01:01
Sincero y consciente de la situación. Carlos Pouso no vende humo y no esconde el delicado momento de la UD Logroñés, de quien asegura que no da miedo y que está sobreexcitada. No son las mejores cualidades para ganar partidos, pero sí la realidad. El ... vasco, seguidor del Athletic, confía en que su equipo cambie de rumbo frente al club de su corazón y por fin despierte de esta pesadilla inicial.
- ¿Cómo ha discurrido la semana?
- Bien, todo bien.
- Y con buen ambiente por lo visto en los entrenamientos.
- El ambiente es bueno; lo que no está siendo bueno es el rendimiento de los domingos. El ambiente es tan espectacular dentro de la plantilla que la responsabilidad aumenta cuando ves que no salen las cosas como quieres.
- ¿Están las mentes limpias?
- Se suele decir que sí, pero la verdad es que la mente no puede estar despejada cuando no llegan los resultados. Yo me despierto muchas noches y empiezo a darle vueltas a la cabeza. No es fácil volver a conciliar el sueño. Imagino que a ellos les pasará igual. Mi trabajo es limpiar esas mentes, que mantengan la ilusión y la calma. Incluso, saber evadirse de esos momentos. El antídoto es el trabajo, porque no hay ni milagros ni varitas mágicas que conviertan mierda en oro.
- ¿Sigue faltando agresividad en ataque?
- El domingo nos faltó dominio en ambas áreas. Estuvimos bien hasta el primer gol, pero cuando llegó ese tanto, el equipo se comió la cabeza pensando en la que había liado. En el segundo gol faltó concentración, porque es una jugada a balón parado y con el tiempo vencido. Eso sí que es grave. El error del primero puede llegar porque intentas jugar el balón. Y en remate no tuvimos el acierto necesario.
- Después de ganar al Socuéllamos usted dijo que el equipo no estaba aún recuperado. ¿Una victoria con juego convincente cura todos los males o es insuficiente?
-Aquel día no estuvimos mal, pero si me preguntan si es el equipo que quiero ver, mi respuesta es no, porque quiero un equipo mejor. Hay que saber reconocer las cosas y no vender humo.
- Llega el Bilbao Athletic y lo hace renovado y en una categoría diferente al de la pasada campaña. ¿Cómo juega este equipo?
- Si le presionas, juega más directo, pero es un equipo que propone desde atrás y quiere jugar a fútbol. Tarsi ayuda mucho en la salida del balón a Unai y Nuñez; sus laterales juegan abiertos; en la medular tiene gente muy participativa como Olaetxea e Iturraspe, que es un jugador diferente; en las bandas tienen calidad con Guruzeta y Córdoba... Es un buen equipo porque cuenta con los mejores jugadores Sub'23 de Euskadi, junto con la Real Sociedad. Y además, en los últimos años ha ascendido a seis o siete jugadores a la primera plantilla y ha cedido a otros para que sigan evolucionando. Tiene mucho mérito y más para mí, porque es el club que más me gusta de Primera. Ahora bien, soy del Logroñés y quiero ganar el domingo al filial... y si me tocase con el primer equipo también querría sumar los tres puntos.
- ¿Cómo cree que encarará el partido de mañana?
- Con la intención de jugar y de ganar. Diferente es lo que le dejemos hacer, pero no creo que nos den la pelota y se encierre en defensa. Ellos saben de nuestra ansiedad e intentarán sacar rendimiento de nuestro estado de sobreexcitación. Es lo que yo haría en esta situación.
- ¿Cambian su forma de jugar en casa y fuera?
- No varían, aunque cuando juegas en casa empujas más, pero si el rival te da el balón lo vas a aprovechar. Han sumado siete puntos lejos de Basauri porque el Athletic es un buen equipo. No se puede establecer aún la diferencia entre fuera y casa. Venir a Logroño no es diferente a ir a otra ciudad. Miedo no tienen porque nosotros no damos miedo ahora.
- Ante el Socuéllamos jugó con Pablo Espina por dentro y con dos puntas más definidos. Se vio mejor fútbol y lograron la victoria más clara. ¿Esa la opción ahora mismo?
- El sábado jugamos así en Zamudio y perdimos. Buscamos dos delanteros claros, con laterales adelantados y los del centro del campo se metieron hacia adentro. No salió bien, aunque luego cambiamos el dibujo y pasamos al uso de las tres medias puntas. Es importante que el equipo se maneje en varios registros. A veces hay que cambiar cuando no salen las cosas. Unos dirán que cuando cambias tanto vuelves locos a los jugadores y otros dirán que no mueves nada si no lo haces. Debemos ser fríos, hacer lo que creamos oportuno y si llegan las críticas, saber asumirlas. También se aprende así.
- Y lo bueno de todo es que ganando el domingo se acortan mucho las distancias.
- El problema no es de distancias. No miro la clasificación. Mi sensación es que me está costando mucho engranar el equipo. No me había pasado nunca y de todo hay que aprender. Algo no estoy haciendo bien. La pretemporada fue buena, pero a raíz del partido contra el Leioa se vivieron una serie de situaciones sobre el césped que tensaron al equipo y a partir de ahí está más nervioso. Evidentemente, el director de la orquesta soy yo y para que suene bien tengo que aportar más.
- Resultados al margen, ¿no tiene la sensación de que este equipo es muy diferente al de sus dos anteriores temporadas?
- Es diferente, pero es que yo he buscado que sea diferente. Quería un bloque con mayor tranquilidad con el balón en su poder. Hemos perdido velocidad en banda, pero buscaba que supiera manejarse mejor sin espacios. Quizá me he obsesionado con ello. Hemos perdido verticalidad y el chispazo en el contragolpe. Queremos jugar en campo del rival, pero el problema que nos hemos encontrado es que los adversarios no proponen fútbol desde atrás, sino juego directo. Así, es difícil presionar y robar en su campo. Hay ocasiones en las que nos falta claridad y ya salimos al ataque en tres pases.
- ¿Y no han perdido seguridad y fortaleza defensiva?
- Va todo unido. Si no dominas el juego, estás más expuesto. No es cuestión de dibujo ni de sistema, sino de tener el balón y dominar el partido. Así defiendes menos. No hemos asimilado bien el cambio de vestir de frac a vestir de buzo. Contamos con gente de más calidad, pero menos acostumbrada a trabajar defensivamente. Así que nos cuesta armar al equipo y que dé la sensación de que no se le puede marcar gol aunque no esté jugando bien.
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