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Perdidos en la transición
Fútbol

Perdidos en la transición

La UD Logroñés pierde ante el Valladolid B para reconocer que su techo este curso está en el tercer puesto

Sergio Moreno Laya

Domingo, 3 de abril 2016, 16:19

El estilo es la huella del fútbol. Es cuestión de pisarlo y que éste indique inmediatamente de qué va a ir la película. Cuando la hierba no muestra el reflejo de un estilo, los partidos están algo más cerca de perderse. Y si Alex Santelices debe ocupar el centro del campo del equipo para proteger a Adrián León por una nueva cartulina amarilla excesivamente temprana cuando a su lado está Jacobo Trigo, la comprensión del estilo pasa a ser un secreto indescifrable, un mensaje confuso, al menos hacia el graderío, que pasa a no entender muy bien de qué va la película. Y precisamente éste fue el movimiento que realizó Carlos Pouso en el segundo tiempo para buscar el gol de la remontada, cuando el partido andaba empatado a un gol. Cerraron Adrián León y Jacobo Trigo, mientras Alex Santelices se situó de conductor del juego por delante de la defensa para ofrecer soluciones con el balón a sus compañeros. Esto vieron los allí presentes.

Llegó entonces el segundo tanto de José, en un nuevo disfrute personal ante una defensa que acabó discutiendo quién tenía que cerrar al mejor jugador visitante, si Paredes, que llegó tarde, o Pere Milla que estaba a treinta metros de la jugada, observando lo que pasaba. Y quedará en duda, otra vez, de quién era la responsabilidad de llegar a tapar a José, si de Pere Milla, de Paredes, o de un estilo que en Las Gaunas queda en entredicho tras un nuevo disgusto ante un rival débil, flojo de verdad en defensa, pero con dos jugadores de calidad arriba (José y Caye Quintana) que ganaron a la UD Logroñés, que con este resultado lanza dos mensajes claros. El primero, que ha perdido ese maravilloso estilo que le permitía no recibir apenas ocasiones y aprovechar una para sacar los partidos adelante. Y el segundo, que se centrará en esta recta final en disputarse con el Tudelano la tercera posición, que tampoco es mala cosa. Pensar más allá es darle la espalda a la realidad, pues ha sido en Las Gaunas donde este equipo se ha dejado sus posibilidades de estar con los dos Racings, para poner en entredicho una afirmación muy repetida por el técnico vizcaíno, la que de que al final de temporada seremos mejor local que visitante.

Las Gaunas se ha convertido en el cementerio de un estilo. El Astorga, el Sporting B, el Celta B, la Arandina, el Somozas, la Cultural, el Tudelano, el Racing de Santander y ahora el Valladolid B han comprobado que al equipo riojano le cuesta una eternidad hacerse dueño de la pelota, conducir los partidos hacia su estilo, ejemplo de eficacia cuando el rival quiere tener la pelota y de frustración cuando son los riojanos los que deben poner el fútbol control. Entonces, el equipo riojano se pierde en la transición, llegan los errores y dos buenos jugadores rivales son capaces de sacarle los colores. El Valladolid B remató más a puerta que una UD Logroñés que se perdió siempre en continuos saques de esquina.

A remolque por un mal comienzo de partido en una jornada determinante para establecer el grado de felicidad, el Real Valladolid B se adelantó por mediación de Toni, tras un mal despeje y un rechace que el extremo zurdo clavó con la puntera de su pie derecho por debajo de Miguel Martínez de Corta. A contracorriente una vez más en Las Gaunas. Y sin un estilo determinado de cintura para arriba, a la UD Logroñés le luce ahora poco ponerse en modo arrebato. Pero lo logró en el primer tiempo por la manifiesta, visible, sensible y hasta insultante debilidad defensiva de los visitantes. Empujaron los locales hasta volcar el campo sobre el área contraria, no sin descuidar con sorprendente mediocridad su propia espalda. Por eso, el Valladolid B, con la versión inflamable de José pudo marcar el segundo y hasta el tercero. Pero sobre la bocina, en el último balón colgado desde la derecha por Titi en el primer tiempo llegó el empate de Pere Milla, que con el pecho puso el encuentro en el punto de partida, y con la sensación de que este encuentro no se le podía escapar a los riojanos.

Pero el estilo o la ausencia del mismo de cintura para arriba provocaron que durante 45 minutos la UD Logroñés chocara contra sus propias limitaciones, recibiera el segundo por la necesaria obligación de exponerse en exceso sobre la cornisa del contrario, y diera por concluida la preciosa persecución que ha mantenido hasta hoy con Racing de Ferrol y Racing de Santander por los puestos más nobles del Grupo I. O al menos eso parece a falta de 18 puntos por disputarse.

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