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ignacio tylko
Jueves, 15 de octubre 2015, 00:32
«Siento una emoción especial porque hoy se cierra el círculo. Cumplo el sueño de entrenar al Real Madrid, un club en el que ingresé con sólo 12 años para jugar en las categorías inferiores». Durante su puesta en escena, el pasado 3 de junio, ... Rafa Benítez se mostró entusiasmado. Se sentía sobradamente preparado para acometer el mayor reto de su carrera. Partía con ventaja por su perfecto conocimiento de la entidad más grande del mundo, su idiosincrasia, exigencias, filosofía y entorno. Su trayectoria por Valencia, Liverpool, Inter, Chelsea o Nápoles le avalaban para no someterse a los egos de las grandes estrellas. Como es habitual con todos sus elegidos, Florentino Pérez le calificó como el mejor entrenador posible para el Real Madrid.
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Cuatro meses después, empero, existe más tensión en el madrileño, discutido por buena parte de la junta directiva y de la crítica. Se le acusa de no promover el espectáculo, de echar a su equipo demasiado atrás, de rotar tanto que no da con la tecla de un once tipo, de ser partícipe de la plaga de lesiones por la mala preparación en pretemporada y de tener incluso descontentos a algunos futbolistas, entre ellos Cristiano Ronaldo, el mandamás entre los extranjeros, y Sergio Ramos, el gran capitán nacional. Con el portugués porque no dijo que es el mejor jugador al que ha entrenado y con el sevillano por afearle públicamente el error en el penalti del derbi.
Benítez sufre acumulación de problemas en un equipo que marcha segundo, sólo superado por el Villarreal, ha encajado sólo dos goles en Liga y no conoce la derrota, pero ha cosechado ya en siete jornadas tres empates, dos de ellos ante el Sporting y el Málaga y sin marcar. Algunos agentes no colaboran para crear la atmósfera idónea en el vestuario. Después de que Jonathan Barnett, representante de Gareth Bale, atacase a Cristiano al afirmar en una entrevista a The Guardian que el galés pretende ser el mejor jugador del mundo, «no el mejor vendedor de ropa interior», Benítez ejerció de apagafuegos. Telefoneó a Bale para preguntarle si tiene algún problema con el luso y, al recibir el no por respuesta, le instó a que se lo transmita a Ronaldo al verle en la vuelta al trabajo, este miércoles por la tarde en Valdebebas.
Menos mediático, Ginés Carvajal, representante de Jesé Rodríguez, entre otros muchos jugadores, ha expuesto públicamente el malestar del delantero grancanario. «Para levantarle el ánimo, lo que tiene que hacer es jugar más. El club debe de tomar una decisión», advirtió el agente en Radio Marca sobre la situación de un futbolista sin peso para Benítez pero que necesita minutos para recuperar el estado de forma previo a su grave lesión de rodilla. Jesé está apto para jugar este sábado contra el Levante, en Chamartín, pero el virus FIFA trae de cabeza a Benítez.
El último en caer ha sido el croata Luka Modric, aquejado de un edema muscular sufrido ante Bulgaria. En esta ventana para las selecciones, Benzema se rompió en un bolo contra Armenia. Benítez está muy molesto Didier Deschamps, seleccionador francés, porque Karim acabó con molestias el derbi y los facultativos galos conocían el riesgo de forzarle. En anteriores parones, James Rodríguez se lesionó con Colombia y Danilo con Brasil. La larga lista no queda ahí. Cristiano Ronaldo sintió molestias en pretemporada, Pepe volvió a caer ante el Athletic, Jesé contra el Málaga y Carvajal no viajó con La Roja por molestias. Sergio Ramos se lastimó en el hombro y Bale se lastimó contra el Shakhtar. Aunque algunos casos son golpes, esta epidemia pone en entredicho a Benítez por no saber rentabilizar los minutos entre sus jugadores y aceptar miles de kilómetros en una pretemporada de altos vuelos.
«Un ser superior»
Hay más asuntos extradeportivos que afectan a Benítez. El nuevo entrenador del Sunderland, Sam Allardyce, le critica duramente en su autobiografía. «Se considera un ser superior. Benítez puede decir que ganó una Champions y yo no, pero esa victoria tuvo poco que ver con él. Quien gana el partido es Gerrard, que se echó al equipo a sus espaldas», manifestó. El exentrenador del Blackburn, quien ya tuvo varios encontronazos con Benítez en el pasado, argumentó su opinión: «A veces los entrenadores hacen un cambio a la desesperada o toman una decisión que es acertada por suerte, y no por brillantez táctica». Y ratificó sus diferencias con el técnico madrileño: «La verdad, sé que nunca le he gustado a Benítez. No puedo soportar sus faltas de respeto».
Precisamente Steven Gerrard, excapitán del Liverpool actualmente en las filas de Los Angeles Galaxy, dijo en su biografía que Benítez ha sido el mejor entrenador táctico con el que ha trabajado, pero añadió que no le gusta como persona. «Puedo llamar por teléfono a cualquiera de mis entrenadores, menos a él», reveló Gerrard, convencido de que «Rafa estaba a favor de los hispanohablantes» en el Liverpool. Curiosamente, quien más le ha defendido en las últimas semanas ha sido Fernando Torres, eterno rival en el Atlético. «Si le dejan trabajar, se verán los éxitos», anticipó. Quienes le conocen, cuentan que Benítez está nervioso, tanto que se molesta si las cámaras le muestran de tronco hacia abajo. Pero eso ya es cuestión de imagen, dieta y de endocrinos, como ya le recordó, punzante José Mourinho.
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