De Gea aún no es del Real Madrid

Cuando todo parecía acordado para que el portero madrileño criado en Illescas (Toledo) y formado en la cantera del Atlético de Madrid, protagonizase el mayor salto de su carrera y viera cumplido su deseo de jugar en el club más laureado del mundo, a las órdenes del técnico Rafa Benítez, resulta que la documentación no llegó a tiempo y la Liga de Fútbol Profesional no pudo inscribirle.

Sin embargo, en el club blanco no dan aún a De Gea por perdido y jugarán sus cartas hasta el final, incluso recurriendo ante la las instituciones. En este caso seria FIFA, cuyo sistema TMS (Transfer Market System) es el que rige las operaciones internacionales. Cerca de la una de la madrugada, fuentes de la entidad aseguraban que los contratos llegaron a Concha Espina, desde Mánchester, un minuto antes de las 24.00 horas y que, por lo tanto, deberían ser válidos aunque el Real Madrid no los pudiera reenviar a tiempo a la patronal de clubes.

Tan extraña situación, ha generado sorpresa, malestar e indignación en el Madrid y en su máximo mandatario, Florentino Pérez, que podría ver incumplido su sueño galáctico del verano. En la casa blanca no dan crédito a lo sucedido y, según algunas fuentes, no descartan que se trate de una venganza tramada por el club británico y por su técnico como respuesta a lo ocurrido semanas atrás con Sergio Ramos, que flirteó con el United y al final le dio calabazas para renovar por el Real Madrid.

Tal fue el desconcierto vivido en las últimas horas del cierre del mercado que el propio De Gea desconocía, bien entrada la madrugada, si los contratos, ya firmados, habían llegado o no en tiempo y forma a la sede de la LFP. Incrédulo, sufrió estos vaivenes en Madrid, junto a su novia, Edurne, y a la espera de concentrarse este martes con la selección española para los partidos frente a Eslovaquia y Macedonia, de clasificación para la Eurocopa de Francia.

Por despechos, filias y fobias, resulta que De Gea resulta damnificado. Renunció a tres ofertas para renovar con el United y prefirió perder mucho dinero, en torno a 2,5 millones de euros netos anuales, con tal de regresar a España, a Madrid, dejar la fría Inglaterra y jugar en el mejor club del mundo.

Su contratación por cinco años, con un sexto opcional, era tan evidente que a lo largo del día estuvo avalada incluso por Iker Casillas, icono actual del Oporto, mito en el Real Madrid y rival en la selección. «David es un chico fenomenal y un portero fantástico», subrayó el portero de los 'dragoes'.

El sonado fichaje, todavía pendiente de movimientos en los despachos, era un secreto a voces desde hace meses pero se retrasó por una cuestión económica, de orgullo de dos grandes clubes y de egos de personajes como Florentino Pérez y Louis Van Gaal, técnico del Manchester United que ha tenido al portero castigado sin convocarle para los dos partidos de la previa de la Champions jugados contra el Brujas y los tres primeros duelos celebrados en la Premier.

Keylor Navas, a la espera

Para que se pudiera escribir la última página de la novela, entró en escena Keylor Navas. Aunque el 'tico', aclamado por la afición merengue durante el partido del pasado sábado frente el Betis, expresó su deseo de seguir en el Santiago Bernabéu y su rechazo a cambiar de aires, aceptaba marcharse feliz porque le duplican el sueldo de dos millones. Pero, aunque en Inglaterra el mercado se cierra un día después porque el 31 de agosto es festivo, el costarricense queda a expensas de lo que ocurra al final con De Gea. Legalmente incluso existe la opción de que el meta pueda recibir la carta de libertad a lo largo del martes, aun día hábil de mercado en Inglaterra, y con ella (al tener el Real Madrid una plaza vacante) poder fichar por el club como agente libre. Rocambolesco, como todo en esta operación.

Desde Mánchester filtraban que no necesitaban a Keylor porque disponen de Sergio Romero, mientras el entorno del cancerbero ya negociaba con el director ejecutivo del United, Ed Woodward. El dirigente sostiene que mucha de la culpa de la situación es el del técnico y sabía que necesitaba una alternativa que no sea el joven Sam Johnstone.

Si se marchaba De Gea y no aterrizaba Keylor en Old Trafford, el United tendría que correr en busca de otro portero de la Premier. Recurrir al francés Hugo Lloris, por ejemplo, era altamente costoso por las pretensiones del Tottenham, que le ha convertido en uno de los capitanes. Pasadas las siete de la tarde, trascendió que el costarricense, que pidió permiso a su selección para incorporarse más tarde, volaba a Mánchester para cerrar el traspaso. Una operación que a efectos prácticos hay que vincularla a la de De Gea pero que oficialmente se separa porque los clubes ingleses cotizan en bolsa y legamente es más sencillo.

De Gea no juega desde el 27 de julio, tras un amistoso ante el PSG, porque Van Gaal argumentó que no está en las mejores condiciones mentales y le envió a la grada. Tras la derrota del domingo ante el Swensea, Van Gaal se levantó, molesto, de la conferencia de prensa, tras insistirle los periodistas por el tema del día. «No sé lo que va a pasar. Hay que esperar hasta que los clubes hagan un anuncio. Y si no, David seguirá con nosotros», comentó, desafiante, el técnico holandés.

Mientras en Madrid nadie discute la inmensa calidad de De Gea pero la crítica sí debate si urgía otro portero al disponer de Keylor y de Kiko Casilla, en Inglaterra se acentúan las críticas por la forma de proceder de Van Gaal y la actuación del portero argentino ante el equipo galés. Antes de la solución final, el célebre club británico insistía en pedir 45 millones por el traspaso de De Gea y la prensa inglesa daba por hecho el acuerdo en 40. En Madrid, en cambio, se habla de 30 en la compra y 15 en la venta de Keylor, un deseo de Van Gaal desde el Mundial, cuando aún no confiaba en De Gea. Al cierre de esta edición el culebrón se mantenía vivo y coleando.