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alejandro ibáñez
Lunes, 20 de julio 2015, 16:41
Rafa Benítez ha llegado posiblemente al banquillo más exigente del mundo e inicia un nuevo proyecto con varios problemas a sus espaldas. Iker Casillas y la portería, Sergio Ramos y su continuidad, el conflicto entre afición y presidente por los dos capitanes. Son muchos asuntos ... con los que lidiar para ser su primera temporada. Así de exigente es el Real Madrid desde el primer momento. Pero para ello, Florentino fichó a un entrenador conocedor del club y experimentado, que ha dirigido, contando al equipo blanco, once equipos a lo largo de su carrera.
Benítez siempre tuvo en los clubes un inicio en el que debía adaptarse a una nueva plantilla, a un nuevo presidente, a una nueva afición y a nuevos retos. Siete años después de acabar su carrera como jugador en el Linares, Benítez aceptó el ofrecimiento de Ramón Mendoza e inició su carrera como entrenador en la cantera del Real Madrid. Durante dos años ganó varios títulos en categorías inferiores y le valieron su salto al Valladolid, que jugó en Primera División durante esa temporada 95-96 por los problemas económicos de Sevilla y Celta.
En Pucela, su primera temporada a primer nivel no fue satisfactoria y acabó destituido en la jornada 23, cuando era colista y tras ser goleado por el Valencia en Zorrilla. La siguiente temporada aterrizó en el banquillo de Osasuna, en Segunda División. Fue otro primer año en que demostró que los inicios en la élite no son fáciles. El técnico madrileño, que llegó con galones a Pamplona, fue relegado de su cargo después de 11 partidos (9 de Liga y 2 de Copa), en los que sólo consiguió 7 puntos de los 27 posibles y dejó al equipo rojillo en antepenúltima posición.
Del Bosque le avaló
El cambio comenzó a partir de 1997 y su llegada al banquillo del Extremadura. Pedro Nieto, el por entonces presidente de la entidad, confió en el técnico a pesar de sus malos resultados en sus dos equipos anteriores. En una entrevista en el diario Hoy, el antiguo mandatario explicó que una de las claves de la contratación de Benítez fue Vicente del Bosque. «Teníamos una lista de posibles técnicos para sustituir a Ortuondo y el informe favorable de Vicente, que lo conocía de las categorías inferiores del Madrid, fue vital».
En dicha entrevista, el expresidente también destacó que desde sus inicios Benítez ya era un entrenador muy meticuloso: «Pensaba en el fútbol las 24 horas. Cuando terminábamos un partido, en el avión ya estaba centrado en el siguiente, llamando a la gente y estudiando la táctica». Su primer año en el equipo extremeño fue perfecto y consiguió el ascenso a Primera División, aunque en la temporada siguiente no sellara la permanencia.
En el año 2000, su primera y única campaña en el Tenerife, al que ascendió a Primera División, le valió para dar el salto definitivo al Valencia en 2001. Parecía que la suerte del técnico empezaba a cambiar en sus primeros años y se sabía adaptar cada vez mejor a sus nuevos equipos.
En el conjunto che, a pesar de la presión después de unas primeras jornadas con dudas (octavo en la jornada 17 y críticas de algunos directivos) y la eliminación en la Copa, acabó ganando la Liga 30 años después. En una temporada en la que tuvo que lidiar con la marcha de hombres importantes como Gaizka Mendieta, confió en un joven como David Albelda e hizo del sistema defensivo del Valencia uno de los mejores de Europa. En la temporada 2003-2004, logró el doblete.
Su excelente etapa en Valencia preludió su llegada a Liverpool. Benítez cogía a un equipo lejos del nivel de Arsenal, Chelsea y Manchester United y que tenía que afrontar la marcha de jugadores como Michael Owen o Emile Heskey. El entrenador madrileño puso en marcha la famosa 'españolización' del equipo 'red', con las llegadas de Xabi Alonso, Luis García, Núñez, Josemi y Fernando Morientes. A pesar de que en la 'Premier' no pudieron plantar cara al todopoderoso Chelsea de José Mourinho y acabó quinto, terminó su primera temporada alzando la quinta Copa de Europa para el Liverpool, en una final memorable en Estambul contra el Milan.
El pulso a Moratti
Después de estar seis años en Inglaterra cambió de país y firmó por el Inter de Milán. Fue el reto más difícil: reemplazar a Mourinho, que había logrado el triplete. Comenzó con buen pie, ganando a la Roma la Supercopa de Italia aunque cedió la europea con el Atlético. En diciembre también consiguió el Mundial de Clubes, tras el que echó un pulso al club solicitando refuerzos. La presión de coger un equipo que lo había ganado absolutamente todo pesó en la directiva, que no le respaldó, y en la jornada 17, con el Inter séptimo, fue destituido.
Benítez se tomó dos años de descanso para en noviembre de 2012 fichar por el Chelsea. Sustituía a Roberto di Matteo a mitad de temporada y otra vez la presión añadida de coger un equipo que era el vigente campeón de Europa. Además, su etapa en el Liverpool le puso en el foco de las críticas de la afición 'blue', que no veía con buenos ojos el pasado de su nuevo entrenador. Después de perder la final del Mundial de Clubes contra el Corinthians, aseguró que no seguiría la siguiente campaña en el club londinense. No se borró el estigma de interino, pero aun así, ganó la 'Europa League' y quedó tercero en la 'Premier League', clasificando al equipo para la 'Champions'.
La 'españolización'
En 2013 regresó a Italia para dirigir a un histórico que volvía a estar en auge, el Nápoles. Walter Mazzarri puso al equipo napolitano en primera plana y Benítez volvió a heredar un equipo competitivo, segundo en la Serie A la temporada pasada. De nuevo, 'españolización' con jugadores como Raúl Albiol, Pepe Reina o José Callejón. Con el madrileño en el banquillo, el Nápoles consiguió el mejor arranque de la historia del club.
Además, Benítez se convirtió en el primer técnico español en alcanzar los 100 partidos en Liga de Campeones. Sin embargo, no pudo conseguir la clasificación para octavos de final, encuadrado en el 'grupo de la muerte' con Arsenal, Borussia de Dortmund y Olympique de Marsella. A final de temporada, consiguió la Copa de Italia al ganar a la Fiorentina y metió al equipo en la siguiente edición de la 'Champions' al quedar tercero en la liga italiana. Habrá que ver lo que es capaz de lograr en su primer año en el Real Madrid
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