Ancelotti, molesto con la actitud de Florentino

Ancelotti quiere y considera que debe seguir porque tiene retos por conseguir, pero es un hombre de fútbol y entiende que no ganar ninguno de los principales títulos puede costarle la salida. La historia confirma que suele ser así, pero lo único que pide es respeto, que considera se ha ganado. No sólo por currículum, sino porque consiguió la décima (su tercera, algo que nadie en activo puede decir); el Mundialito; la Supercopa de Europa; la racha de 22 partidos con victoria... El entorno del italiano, que tiene entre sus propuestas una seria del Milan que no contempla porque sólo desea seguir en Madrid, sabe que el club blanco ha hecho un primer contacto real con, al menos, dos técnicos: Rafa Benítez o Jurgen Klopp. El caso del madrileño es significativo, ya que ha paralizado la opción de ir al West Ham viendo que el interés del Real Madrid puede convertirse en realidad. En el club se valora la opción de Klopp, pero que no conozca el fútbol español y el idioma, son considerados por Florentino Pérez un hándicap.

La realidad es que en el plano deportivo pocos saben qué sucederá, sobre todo si hacemos caso a la versión de los máximos mandatarios con el italiano. Reflexión y silencio, sin refrendar que se cumplirá el contrato o que se resolverá para que llegue un nuevo técnico. Y todos asumen que la decisión dependerá de Florentino Pérez, que nunca valoró excesivamente el trabajo de los entrenadores y no le tembló el pulso cuando consideró que debía sustituirlos. Incluso ganando títulos, como sucedió en 2003 cuando tras dos Champions y dos Ligas en cuatro campañas, en las que accedió a semifinales de Champions, fue destitudo nada más conseguir el título de Liga para que aterrizase Carlos Queiroz, en lo que definió «como un paso hacia la modernidad», pese a la opinión contraria de aquella plantilla liderada por un Fernando Hierro que también salió junto al técnico. Realmente Pérez consideraba que «el modelo de Zidane y Pavones» era la clave del éxito blanco, aunque el propio técnico portugués definió tras su salida del club que esa «división de la plantilla» fue «trágica» para la marcha del equipo. «Es la primera vez que se hace algo así en un deporte colectivo. He luchado contra la división de la plantilla en tres categorías: galácticos, pavones y clase media».