La FIFA podría excluir a España de sus competiciones

El presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), Ángel María Villar, denuncia ante los organismos internacionales, de los que es vicepresidente, al secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, por lo que considera un «intervencionismo desmesurado», y amenaza con paralizar las competiciones en el fútbol base y la Copa del Rey, si la Administración no pone fin a esas «injerencias».

El CSD se defiende, asegura que cumple con sus obligaciones, emanadas de la Ley del Deporte, y reprocha al dirigente vasco que no acepte una auditoría externa sobre las cuentas federativas. Mientras tanto, Javier Tebas, el jefe de los clubes, envía un escrito a los medios de comunicación quejándose de que Villar le llamó «gilipollas» en la junta directiva celebrada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

En un momento en el que el fútbol lucha contra la violencia en sus estadios, resulta que sus dirigentes ofrecen esta imagen que en nada beneficia al fair play y al buen orden deportivo. El fondo del conflicto es económico y de poder, ya que Villar está convencido de que el CSD y la LFP han hecho un frente común para buscarle un sucesor después de 26 años en el cargo.

La FEF presume de haber renunciado voluntariamente a las subvenciones estatales en los tres últimos ejercicios, en beneficio de otras federaciones más modestas, pero reclama el 1% de la recaudación de las Quinielas que el Gobierno se niega a abonarle mientras no deje que se investiguen las cuentas de Villar.

Existe un problema por la contradicción aparente entre la normativa estatal y las de FIFA y UEFA. Mientras el Ejecutivo está legitimado para investigar y controlar a las diferentes federaciones, los oJoseph Blatter y Michel Platini las consideran entes privados, legitimados para gestionarse y ajenos a cualquier intervención de los gobiernos.

El argumento del «desmesurado intervencionismo» utilizado por Villar es una bomba de relojería en manos de FIFA, que podría excluir a España de sus competiciones. Curiosamente, la FEF ha pedido a la UEFA que destituya a Cardenal de todas sus comisiones o áreas de trabajo, y resulta que el presidente del CSD dice que no tiene relación alguna con Platini.

«Va a ser fácil darle gusto al señor Villar porque no estoy en la comisión de la UEFA ni he estado nunca. He sido invitado en dos ocasiones a un grupo de trabajo que tiene que ver con la integridad del fútbol, con el amaño de partidos. A una reunión sí pude acudir, pero a otra por agenda no. No tengo relación con la UEFA», subrayó Cardenal, tras acudir a la Feria Internacional del Turismo (FITUR) en Madrid.

De momento, UEFA y FIFA no han respondido de manera oficial a las peticiones de la Federación, aunque no se puede obviar que Blatter y se sublevan ante las injerencias. No las toleran y por eso suspendieron a países como Grecia, Nigeria o Irak y amenazaron a otros como Portugal y Ucrania.

Blatter, que tiene en Villar a uno de sus vicepresidentes más veteranos, ya le apoyó sin fusuras cuando el CSD, capitaneado en ese momento opr el socialista Jaime Lissavetzky, intentó que la Federación celebrara elecciones a la presidencia antes de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, como exigía la legislación española para los deportes no clasificados para la gran cita universal. Blatter se presentó en Madrid y fue concluyente. «No podemos aceptar una intervención». Dos meses más tarde, el CSD retrasó esos comicios y Villar inició su sexto mandato después de que España ganase la Eurocopa de Austria y Suiza.

Dinero y poder

El distanciamiento entre Villar y Cardenal, que en su día fue miembro del Comité de Competición de la FEF, marcha paralelo al acercamiento entre el CSD y la LFP. No se puede olvidar que Tebas, presidente de la patronal de clubes desde 2013, hace diez años respaldó la candidatura de Gerardo González a la presidencia de la Federación y denunció al organismo de Villar por malversación de fondos.

Cardenal dio este jueves un paso más al frente en el campo de batalla al insistir en que «lo que tiene que hacer Villar es dejar que se auditen las cuentas». «No estoy a la gresca absolutamente con nadie ni tengo ninbún problema con nadie, pero estoy a favor de cumplir las normas, que me exigen controlar el uso del dinero público y el empleo por parte de las entidades a las que el CSD se lo traslada», dijo Cardenal. «La FEF tiene que dejar hacer su trabajo a quienes ya controlan las empresas del IBEX 35. Son auditores externos, no del CSD», remarcó Cardenal.