Messi da luz al adiós de Luis Enrique

Atendiendo al palmarés, el presupuesto y el potencial de ambas plantillas, el Barcelona no debería tener problemas para sumar un nuevo trofeo a sus pobladas vitrinas, el vigesimonoveno de Copa y el tercero consecutivo. Le va en ello salvar de algún modo un curso en el que ha visto cómo la Liga volvía a caer del lado del Real Madrid cinco años después y en el que se despidió de la Liga de Campeones en cuartos ante la Juventus. Un título ya seguro y otro que podría obtener en Cardiff el eterno enemigo han convertido la temporada en un suplicio para una entidad acostumbrada a sumar entorchados desde que Luis Enrique se hizo con las riendas del banquillo.

Ocho trofeos en tres años constituyen el balance de un preparador que quiere despedirse con el noveno y al que sus futbolistas ambicionan recompensar tras años de una relación ambivalente entre vestuario y cuerpo técnico. Lo dejó claro Gerard Piqué al valorarle como «uno de los mejores técnicos de la historia» que «se merece un gran final» a su estancia en el banquillo culé. «Nos ha acabado ganando a todos, nos ha acabado conquistando y estos tres años han sido magníficos», manifestó el central, que pese a usar un tono más comedido que en otras ocasiones, volvió a arrojar fango sobre la limpieza de la Liga lograda por el Real Madrid al manifestar que «los árbitros han podido influir» y señalar que la implementación del VAR daría a los equipos «las mismas opciones» porque si algo se ha demostrado este año, cree el internacional azulgrana, es que «para ganar las Ligas hay que ser infinitamente mejor que el Madrid; no vale con estar a su nivel». «Al final el Madrid ha ganado y tenemos que pasar página», admitió en cualquier caso Piqué. Y ello pasa por una Copa con sabor a fin de ciclo.

No podrá contar Luis Enrique para su despedida con Luis Suárez y Sergi Roberto, ambos sancionados, lo que abre interrogantes en la alineación, sobre todo en lo referente a la zaga, donde a la baja del canterano se unen las de Jérémy Mathieu y Aleix Vidal, aunque Luis Enrique no descartó poder disponer de este último tras su vuelta a los entrenamientos una vez superada la lesión de tobillo sufrida en Mendizorroza a raíz de una dura entrada del alavesista Theo Hernández. Pese a ello, es Javier Mascherano el mejor colocado para desempeñarse como lateral derecho. El carril izquierdo será para Jordi Alba, con Umtiti y Piqué, recuperado este último de un virus intestinal, como centrales.

En el mediocampo, Busquets volverá a ejercer como ancla, con Rakitic e Iniesta como volantes encargados de llevar la pelota a un tridente que, en ausencia de Luis Suárez, completará Paco Alcácer junto a Messi y Neymar.

El muro del 'Flaco'

El valenciano, el argentino y el brasileño tendrán la misión de asaltar el muro del Alavés, un conjunto que se ha convertido en la gran revelación de la temporada asentado en su solidez defensiva -sólo ha concedido tres goles el 'Glorioso' en su camino hacia la final de Copa-, el orden de un mediocampo comandado por Manu García y Marcos Llorente y un ataque sobre el que ejercen una gran influencia dos carrileros como Theo Hernández y Kiko Femenía acostumbrados a remontar hasta la línea de fondo para sacar precisos centros que aprovechan los delanteros, especialmente Deyverson.

Hacer pocas cosas, pero hacerlas bien. Ese es el mantra con el que Mauricio 'El Flaco' Pellegrino ha adoctrinado a los futbolistas de la escuadra babazorra y que les ha servido para finalizar novenos en la Liga con 55 puntos, 24 por encima del objetivo de la salvación con que afrontaban la temporada que supuso su regreso a Primera. La poderosa tela de araña tejida por el técnico argentino, ex del Barcelona, en el que militó una temporada a las órdenes de Louis Van Gaal y con Luis Enrique como compañero de vestuario, ha sido capaz de pararle los pies a varios gigantes del fútbol español, como ese Atlético con el que firmó tablas en la primera jornada en el Calderón o el mismo Barcelona al que doblegó por 1-2 en el Camp Nou en la tercera. Se desquitaron los azulgrana con una goleada (0-6) en Mendizorroza en una semana de alto voltaje emocional en la que el Alavés venía de conseguir la histórica clasificación para la final de Copa ante el Celta con gol de Édgar Méndez y el Barcelona se preparaba para visitar el Parque de Los Príncipes, donde sufriría una humillación a manos del PSG (4-0) que daría paso a la épica remontada del Camp Nou (6-1).

Cerrar espacios volverá a ser la obsesión de un Pellegrino que medita disponer una defensa de cinco que ya le dio grandes resultados en el Camp Nou y que es consciente de la necesidad de que sus futbolistas, casi todos ellos novatos en estas lides, salgan enchufados al partido sin caer en excesos emocionales propios de quienes tienen una ilusión máxima por levantar un título que les haría entrar en la historia de un club que sueña con la gloria de la Copa.