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colpisa/afp
Sábado, 27 de junio 2015, 15:58
Lionel Messi hizo su primera gran aparición en la Copa América-2015 desmontando el plan defensivo de su mentor, José Pekerman, aunque no pudo anotar el gol que hubiera ahorrado a la albiceleste el sufrimiento de tener que ganar por penaltis gracias al último lanzamiento ... anotado por Carlos Tévez a pesar de que su técnico, Gerardo Tata Martino, hubiera preferido que el Apache no jugase a la lotería.
El astro rosarino del Barça estuvo apagado durante la primera fase del campeonato pero, en la primera hora de la verdad, en la cita de cuartos ante Colombia, se vio a un Messi eléctrico, mucho más cerca del de las grandes noches en el equipo azulgrana.
Cuando llegaron los penaltis, Messi asumió la responsabilidad de lanzar el primero y lo anotó. Después sufrió agarrado al resto de los compañeros pero salió vivo y mantiene la búsqueda de su primer título con Argentina y el primero para el país en los últimos 22 años.
En el partido fue el jugador más peligroso de Argentina, pero no estuvo acertado en dos claras opciones de gol. Messi arrancó el choque escorado en la banda derecha, pero pronto vio que el filón estaba en los espacios que se abrían en el centro del campo, donde Colombia sufría las bajas de sus volantes de contención titulares.
En el banquillo de Colombia estaba el argentino José Pekerman, quien hizo debutar a Messi con la albiceleste en 2005 y en la víspera reconoció que él, como todos los técnicos del planeta, también se preguntaba cómo frenar al que consideró el «mejor jugador del mundo».
La elección que hizo Pekerman fue un marcaje al hombre, a la vieja usanza, poniéndole como sombra al joven lateral izquierdo Santiago Arias (PSV Eindhoven), que vivió un tormento durante toda la noche.
Pese a su dureza, Arias no pudo evitar que el crack del Barcelona recibiera con facilidad a 35 metros de portería y se marchara con facilidad de la primera marca para luego abrir a las bandas o intentarlo él mismo por el eje central.
La debilitada defensa cafetera nunca supo cómo responder a las eléctricas arrancadas del astro y empezaron las patadas. La agresividad colombiana provocó una imagen muy poco habitual, la de Messi reclamando repetidamente al árbitro que frenara el juego violento.
El centrocampista Álex Mejía y el propio Arias acabaron viendo sendas amarillas por fuertes entradas al diez albiceleste. Arias se jugó la expulsión en varias ocasiones. Messi no tenía problema en burlarlo, cogiendo el balón de espaldas y amagando para un lado y para otro.
Mala fortuna
El agujero en el centro del campo y el temor a Messi eran tan importantes que Pekerman ordenó un drástico cambio de rumbo. En el minuto 26 sacó del campo al delantero Teófilo Gutiérrez e introdujo a otro volante, Edwin Cardona, para detener la hemorragia.
En el minuto 26, Messi erró una clarísima ocasión de gol. Con toda la portería para él, su cabezazo fue milagrosamente atajado por el portero David Ospina.
En la segunda mitad, retrasó un poco su posición para buscar pases en largo hacia la carrera de los veloces puntas Ángel di María y Sergio Kun Agüero.
También lo intentó a balón parado con un tiro libre muy escorado a la derecha que mandó por encima del larguero de Ospina. En el 72 desperdició un buen servicio de Agüero que lo ponía en la carrera mano a mano con Zapata, a quien intentó recortar sin fortuna.
Y en el descuento tuvo una última ocasión de evitar la tanda de penaltis con un remate débil de cabeza a la salida de un córner que salió desviado. Luego llegó su gol de penalti y el respiro de alivio al saber que podrá seguir peleando por ganar su primer título con su país.
«Es terrible lo que me cuesta meter un gol con la selección. Tuve jugadas muy claras y no pude meterla. Jugamos el mejor partido de la Copa América, creamos situaciones por todos lados y por suerte pasamos en los penaltis. Lamentablemente el gol no se nos dio y tuvimos la suerte en la tanda final, explicó el argentino, elegido el MVP de la final.
La sequía de Messi con su país se alarga hasta límites inospechados. En los últimos partidos oficiales, el barcelonista sólo ha marcado un gol, de penalti ante Paraguay, y ofrecido una asistencia. Nadie discute que es el mejor, pero le falta con Argentina la pegada que sí exhibe en el Barça.
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