Froome y los nuevos inquilinos

Sky se ha convertido, desde que llegó al ciclismo en 2010, en una 'factoría' de vencedores que, de momento, debe de tener continuidad, o al menos intentarlo, con quien ha vencido este año. De momento valoran mucho el producto nacional, sobre todo a nivel de imagen, publicidad y retorno de la inversión. El día que se propongan ganarlo con un francés no tienen más que fichar a Bardet o Pinot y ya contarían con un potencial amarillo.

Desde 2005, el Tour no ha tenido un dominador, un 'patrón' como les gusta decir a los franceses. Los triunfos han estado muy repartidos. Desde 2006, cuando venció Óscar Pereiro por descalificación de Floyd Landis, han terminado vestidos de amarillo Alberto Contador (en tres ocasiones), Carlos Sastre, Cadel Evans, Bradley Wiggins, Vincenzo Nibali y Chris Froome, en dos ocasiones.

Hay que matizar que el Tour de 2010 lo acabó ganando Andy Schleck, por descalificación de Contador, el único ciclista de todos los citados que tenía un don natural para la escalada. Alberto logró su primer Tour con 24 años y no es una temeridad decir que no volverá a ganar ninguno más. Ha habido muchos factores que han influido en una carrera a trompicones.

El Tour que le 'tocó' a Andy Schleck coincidió con los 25 años del luxemburgués. Ahí se quedó, y gracias. Uno de los ejemplos que siempre utilizamos es el de Jan Ullrich, otro talento de la naturaleza, que con 22 años terminó segundo detrás de Bjarne Rijs y con 23 acabó en lo más alto en los Campo Elíseos. Nunca más volvería a ganarlo. Fue cinco veces segundo.

No hay un regla escrita que permita afirmar que un joven puede hacer su vida en esta carrera si lo consigue ganar a una edad temprana.

Hablamos del futuro, de Nairo Quintana. La de este año era un prueba ideal para él puesto que no había más contrarreloj llana que los 7.100 metros iniciales en Utrecht. Será complicado que se enfrente a un trazado más favorable.

Cuando explotó en 2013, con 23 años, Movistar decidió, con lógica, llevarle con una cierta comodidad, sin apretarle mucho. Le condujo al Giro para que se acostumbrase a tomar responsabilidades, le llevó a la Vuelta, con idea de ganarla, pero se cayó y vino a este Tour para vencer.

La carretera ha dicho otra cosa, como el año pasado, cuando Alejandro Valverde parecía despedirse del podio del Tour con 34 años y a los 35 lo ha logrado. Nairo tiene potencial más que suficiente para ganar un Tour, pero no le va a ser fácil conseguirlo.

Tiene años por delante para lograrlo frente a treintañeros como Froome, Nibali o Contador. Van Garderen es un caso particular. Con una crono larga sus posibilidades aumentarían. De un año a otro cambian muchas cosas en la vida de un ciclista. Hablaremos de los nombres que hemos citado por lo que han ganado, pero lo que contará es su valor cuando vuelvan de nuevo al Tour. Entonces será el momento de saber cómo están realmente. De lo que se observa en el firmamento ciclista, los franceses cuentan con una camada atractiva Romain Bardet, Warren Barguil y Thibaut Pinot.

Los imprevistos, clave

Les llegará su momento porque todos ellos son buenos escaladores y a pesar de los problemas que han tenido han conseguido situarse en la general. ¿Pueden volver a ganar el Tour Nibali y Contador? El líder del Astana es un ciclista valiente que seguirá sufriendo mucho en llegadas duras aunque esté al máximo de su forma.

Ningún corredor ha conseguido imponerse en el Tour ocho años después de ganar el primero, salvo Gino Bartali, que lo logró diez años después. Es un período demasiado largo de tiempo para que no te pase nada, para no tener ningún tipo de problema. Contador es el mejor ejemplo. Anquetil ganó su primer Tour con 23 años y el último, con 30. Eddy Merckx se impuso en el primero con 24 años y logró el último con 29. Sólo Luis Ocaña le impidió ganar los cinco seguidos.

Bernard Hinault también lo consiguió con 24 años. En el último tenía 31 años. Miguel Indurain sumaba el primero con 27 años y el último, con 31.

Son datos que no invitan al optimismo y que no tienen nada que ver con lo sucedido este año. Contador, casi din darnos cuenta, lleva una carrera muy dilatada y eso termina por pasar factura. ¿Qué podemos decir de Chris Froome? Mark Cavendish afirmaba el domingo, hablando del que fue su equipo que «las cargas de trabajo a las que se someten, el tiempo que pasan concentrados en el Teide, lo que están fuera de su casa y de sus familias es algo que no todo el mundo puede aguantar. Yo desde luego, no lo aguanto».

No es un problema sólo físico. El desgaste es mucho mayor a nivel sicológico. En Sky hay corredores que se pasan el año entrenando en altura, corriendo o compitiendo. Su vida personal y su familia quedan en un segundo plano. ¿Hasta cuándo se puede aguantar así? Depende de las personas.

Si hay algo que tienen en común Wiggins y Froome es la capacidad para soportar cargas y tiempo de trabajos brutales. No sólo hay que soportarlas. Luego hay que poder recuperarse de ellas, o medir muy bien los descansos que se hacen. Cuando comenzó la carrera, en Utrecht, hablábamos de cuatro grandes nombres, Froome, Quintana, Nibali y Contador. Dos días después, dos de ellos, Nibali y Quintana ya iban a remolque. En el Tour los imprevistos, aunque sean mínimos, te pueden costar la carrera.