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Benito Urraburu
Lunes, 13 de julio 2015, 19:09
Quienes se mueven en las cercanías del equipo inglés, algo que no es nada fácil puesto que es un grupo muy hermético en el que hay siempre mucha gente pero que está controlado, a la hora de la verdad por una o dos personas, dicen ... que Froome quiere estrenarse en los Pirineos como lo hacía Lance Armstrong, pegando un trallazo en la Pierre-Saint-Martín y dejando la carrera sentenciada. ¿Podrá hacerlo? ¿Quién se lo puede impedir? ¿Qué se va a encontrar en la primera montaña seria?
La Pierre, como un volcán. Un resumen de los Pirineos nos llevaría a decir que hay tres etapas con tres finales en alto, con un total de 108 kilómetros de subidas. La más complicada es la de este martes, en Pierre-Saint-Martín. Es el final más duro pero también el acercamiento más sencillo a un puerto al que deben de llegar un buen número de corredores bastante enteros. Serán 167 kilómetros con tres pequeños puertos de cuarta categoría y ese final de 15,3 kilómetros al 7,4%.
El día es peligroso por todo: aparece después de una semana muy intensa de carrera, después de un día de descanso y con una media horaria muy alta. Para Valverde, "no se puede decir que hoy sea una etapa más importante que las de días venideros. Todos los días van a ser claves porque hay muchas llegadas en alto. La Pierre es un puerto que es un horno, se concentra mucho calor y nos vamos a cocer. Es un día en el que pueden verse cosas importantes y encima llega después del día de descanso".
Abunda Valverde en que "es una hora de subida y eso supondrá un cambio muy brusco. Entre Nairo y yo podemos arreglarnos bien para controlarlo". Nairo Quintana, que lo mismo que Valverde, también lo estuvo viendo, afirma que "habrá que regular mucho lo que se haga. Depende la temperatura se puede complicar todo. Es el primer puerto con dureza que vamos a pasar en el Tour. Lo que hemos subido hasta ahora han sido puertos cortos, de mucha potencia, explosivos, que no va a tener nada que ver con lo que no encontremos hoy".
Ninguno de los dos ve un día que pueda resultar clave: "Con la velocidad a la que hemos andado y las caídas hay mucha gente tocada. Cualquier día en los Pirineos será bueno para sacar tiempo", explicaba Valverde.
Nairo matizaba las palabras de su compañero: "Cualquier día puede ser clave para sacar o perder tiempo. Se va a ir rápido todas las etapas y tendremos que ver cómo va la carrera. No tenemos un día concreto para hacer una estrategia". El estreno de los Pirineos puede ser como un volcán en erupción.
Etapa táctica
Cauterets, etapa táctica. Las etapas con finales en Cauterets y Plateau de Beille son distintas. La primera de ellas finaliza en un puerto de tercera categoría. Es un rompepiernas de 188 kilómetros en el que hay seis puertos, entre ellos el Tourmalet. La llegada final es muy corta, con sólo 6,4 kilómetros de subida al 5%. Parece más un día propicio para fugas que para que se juegue nada en los kilómetros finales. Habrá 41,6 kilómetros de subidas y 44 de bajadas. Debe de ser más una etapa táctica que decisiva. Todo dependerá de lo que haya pasado el día anterior.
"¿Dónde habrá más dureza?. La montaña está igual de concentrada en los Pirineos que en los Alpes, no se pude decir que haya más en una zona que en otra", señalaba Valverde. Nairo Quintana comentó que "la única diferencia es que los Pirineos están en la segunda semana de carrera y los Alpes, en la tercera, y esa es una diferencia importante. Tenemos que ver como actúan los rivales y tratar de ir moviéndoles y aprovechar las ocasiones que podamos encontrarnos".
Plateau de Beille, la despedida. El Tour dejará los Pirineos el jueves, con el final en Plateau de Beille, que volverá a complicar a los corredores. Con un kilómetraje cercano a los doscientos kilómetros, 195, 47,1 de ellos serán en subida y la ascensión final es una cosa seria, con 15,8 kilómetros al 7,9%. Si la etapa va rápida será un final que hará daño. Hay un dato importante en este final: cuatro de sus ganadores terminaron imponiéndose en el Tour. Pantani en 1998, Armstrong en 2002 y 2004, y Contador en 2007.
El quinto y último vencedor fue Jelle Vanendert, que ganó hace cuatro años. El resumen de los Pirineos es que harán de filtro de muchos corredores y lo se palpa es un cierto temor, como hemos dicho, a que Froome quiera sacar réditos importantes de su estado de forma. Quintana es muy consciente del retraso que tiene: "Con respecto a Froome hemos perdido mucho. No estoy en la situación ideal pero queda la montaña y tanto Alejandro como yo tenemos un equipo muy fuerte en el que apoyarnos. Hay que ir viendo lo que ocurre en carrera y apoyarnos".
El problema de Iván Basso le deja a Contador con un corredor menos en la carrera y encima en la montaña, que es donde el italiano podía hacer valer su experiencia. Ha tenido algunos corredores con problemas físico y la suspensión de su rueda de prensa nos dejó sin saber lo que piensa Contador de los Pirineos. Conoce muy bien Plateau de Beille puesto que ganó en su cima en 2007, hace ocho años. Ha pasado mucho tiempo desde entonces. El Contador de 2015 no es el de 2007, al menos en cuanto a fuerza en las subidas. Ahora tiene más experiencia, más control de la carrera, pero físicamente no es el mismo ciclista. Tendrá que medir con mucho cuidado cuando y cómo se mueve. El mayor peligro que tiene es que Froome 'desnude' el Tour desde este martes.
Depredador Froome
No son sólo las diferencias que tiene en la general lo que asusta del líder. Lo que más llama la atención es el estado de forma que atraviesa: "Tengo una posición de ensueño, que no esperaba tener. Cuando llegué a Utrecht todavía tenía en mi cabeza lo que me había pasado el año pasado. Por fortuna todo me ha ido mejor". A quien más teme Froome es Quintana, por una razón fundamental: no tiene muy controlados los watios a los que se mueve, sabe que es un corredor de sensaciones, que en cualquier momento puede atacar: "Sé que Quintana atacará porque tiene que ir restándome tiempo. Yo no diría que en una carrera tan larga sea imposible cambiar las cosas. Mi ventaja es que estoy en una situación privilegiada. También se pensaba que Nibali iba a hacer diferencias en la primera semana y ha sido al contrario". Dice que no le sorprende que Van Garderen esté cerca de él: "Le ví muy fuerte en el Dauphiné, estuvo muchos días a mi lado. Tal y como se encuentra es mi gran amenaza".
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