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LA RIOJA
LOGROÑO.
Domingo, 20 de agosto 2017, 14:38
Segunda prueba, segundo triunfo. El CB Ciudad de Logroño salió ayer de la 'Catedral' de Pamplona con una victoria de mérito ante un rival llamado a pelear por la parte noble de la clasificación y que les puso las cosas muy difíciles, especialmente al final. Pero, con garra y capacidad, los de Jota González supieron conservar una renta mínima para llevarse el partido (32-33), algo que no es lo más importante de un encuentro de pretemporada, pero que sí ayuda a seguir sumando buenas sensaciones tras el triunfo ante el Atlético Valladolid en el primer amistoso.
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Durante la primera mitad, los franjivino fueron muy superiores a los navarros aupados en al gran trabajo del meta Krupa, un valladar en ese tramo inicial, y a una defensa que se cerró muy bien ante un rival que no encontraba huecos para lanzar con comodidad. Así se fraguó la primera gran ventaja (8-15) con una buena labor anotadora de Javi Muñoz (finalizó el encuentro con 10 tantos) y Montoro (4). Era el minuto 15 y el desenlace se prometía feliz. Hasta el descanso se mantuvo esa ventaja de siete tantos (15-22) aunque los franjivino se fueron a los vestuarios con la mala noticia de la lesión de Krupa, que recibió un golpe y puede sufrir un esguince.
Anaitasuna Sergei, Gastón (2), Ugarte (3), Martínez (3), Etxebarria, Dias (3), Nantes (6), Dos Santos (4), Chocarro, Balenciaga (3), Ceretta (2), Goñi (1), Aguirre (1), Iturri, Borricat y Bazán (5).
CB Ciudad de Logoño La Rioja Krupa, Gurutz, Ángel Frnández (1), Sánchez-Migallón (3), Javi Muñoz (10), Garabaya (3), Montoro (4), Garciandia (2), Kukic (2), Juan Castro (3), Cadarso (3), Del Arco y Paredes (2).
Parciales 3-5, 6-11, 8-14, 11-17, 13-19, 15-22 (descanso), 20-23, 23-25, 25-29, 28-30, 30-32 y 32-33.
El parón no sentó bien a los de Jota González. Entre los cambios y el cansancio, reaccionaron los navarros de la mano de Raúl Nantes y Bazán. La portería dejó de funcionar al mismo ritmo que la defensa y, como contrapartida, apareció el cancerbero Sergei. Menos decisión en ataque, tiros más precipitados y, sobre todo, falta de efectivos (no estaban ni Kusan ni Chiuffa) llevaron a sufrir a los once jugadores de campo que acudieron a Anaitasuna.
En esos diez primeros minutos de la segunda mitad, los riojanos sólo fueron capaces de anotar tres tantos, lo que provocó que el marcador se ajustase (23-25, m. 40). Eso sí, no permitieron los de Logroño que el Anaitasuna se pusiese por delante o igualase. Con lo justo y el trabajo de los más habituales, los de Jota González se llevaron un triunfo para seguir soñando pero, sobre todo, para continuar creciendo como grupo capaz de padecer cuando el juego no es tan fluido como se desea.
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