Palizón de viaje del Naturhouse hasta Moscú

No fue un viaje cómodo. Autobús hasta Madrid, enlace con tren automático, espera, vuelo nocturno hasta la capital rusa y posterior traslado del equipo hasta el hotel. Vamos, de ocho a ocho.

Rubén Garabaya cedía el testígo del cumpleaños a Ángel Fernández, que promete brindar con vodka si sacan tajada ante el Chejov.

Las caras de sueño y cansancio por pasar la noche en tránsito iban apoderándose de una plantilla que saborea con la frescura del primer día el primero de los viajes que esta temporada tienen que cumplir dentro del calendario champions.

Lo peor del viaje aún estaba por llegar en la madrigada moscovita porque cuando la plantilla tiraba de sus maletas en dirección a la puerta del hotel, algunos, a duras penas pusieron los ojos como platos al ver que no tenían habitación disponible como Malmagro y Kapelin, aunque a éste último le importó poco echarse en el suelo en la habitación de un compañero hasta que dispuso de su habitación.

Hoy, sin madrugar, les amanece más temprano a los miembros de la expedición franjivina, que tratarán de acomodar sus organismos lo antes posible al ritmo y horarios del mayor país de Europa.