Agresividad y desparpajo

Dirigidos por uno de los mitos del balonmano internacional como es Lino Cervar (selección de Croacia, Zagreb y Metalurg) el equipo macedonio atesora, por encima de todo, calidad. El equipo se caracteriza por tener muy buenos lanzadores de recurso y fintadores. Son fuertes en defensa y veloces a la hora de armar el contragolpe. Tienen como principal arma defensiva el sistema 6-0, aunque son capaces de hacerlo también en 5-1 de modo ocasional.

Con ganas de remontar

Su acento lo ponen en el marcado talante agresivo y en el desparpajo a la hora de jugar. Obedecen a un sistema de juego, pero dan enorme rienda suelta a una aparente arbitrariedad que plantean los jugadores en base a la calidad individual y que les otorga un cierto grado de libertad a la hora de plantear jugadas. Su primera línea de juego es de una gran calidad. Son capaces de darle mucha continuidad al juego. El lastre del club es que ha tenido que lidiar fuera con equipos fuertes y han recibido a los más poderosos. Arden en deseos de remontar en la competición continental y así apaciguar un poco el mal ambiente que se respira dentro del club con impagos desde hace tres meses y salidas precipitadas de algunos jugadores.

Si el aficionado se abstrae de los números, el Metalurg es un equipo de enorme calidad técnica y con recursos suficientes como para iniciar su escalada en la competición.

El calendario continental ha sido agrio con ellos y querrán empezar a escalar en Logroño. Ayer volvieron a tomar contacto con la pista del Palacio por la mañana, pero por la tarde, a pesar de tener hora fijada para volver a entrenar, declinaron.

Tiene a varios jugadores como referencia, pero por encima de todos figura el lateral derecho Renato Vugrinec, un jugador que ha militado en el Portland y que pasa por ser un hombre de importancia capital en el equipo por ser muy completo.

Afortunadamente la salida del club de dos referentes como Vladan Lipovina y del portero Darko Stanic añade un poco de suspense a una plantilla de la que han salido más jugadores, pero que tampoco queda despejada del todo en este baile de cambios que puede suponer un poco el juego del despiste.