El cuerpo de Kobe Bryant no aguanta más

El físico de Kobe Bryant no soporta más, los Lakers ya no son un equipo ganador, sino que llevan un desastroso comienzo de temporada, y el escolta de Filadelfia, que marcha a la par que la franquicia y tampoco es ya decisivo, prefiere dejar definitivamente al amor de su vida antes que seguir arrastrándose por las pistas y manchar tan enorme legado. «Un amor tan profundo que te lo di todo. Desde mi mente a mi cuerpo. Desde mi espíritu a mi alma. Como un niño de seis años, locamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel. Sólo me vi a mí mismo, corriendo fuera de él», le dice Kobe Byant al baloncesto en el momento de la despedida, aunque continuará jugando con su equipo al menos hasta abril, en caso de que los Lakers, que le convirtieron hace un año en el mejor pagado de la NBA (25 millones de dólares), no se clasifiquen para las eliminatorias por el título.

      Los aficionados le reclamaban ya un adiós honroso después de dos decenios en la élite en los que su carácter competitivo y su letal lanzamiento fueron señas de identidad de la 'Mamba negra', tantas veces comparada con Jordan. No ha llegado Kobe Bryant al nivel y al talento del mejor jugador de la historia, pero sí logró superar hace justo un año el récord anotador del mito de los Bulls, que logró 32.292 a lo largo de su carrera. La del escolta estadounidense, compañero de Pau Gasol en los Lakers que conquistaron el anillo en 2009 y 2010, y amigo del jugador español, ya se va apagando, y de un brillo resplandeciente desde finales de los 90 que parecía eterno ha pasado a un tono muy oscuro. En su última temporada como profesional, hasta ahora con el peor promedio de puntos de su extraordinaria carrera: 15,7 por partido, con una eficacia de sólo el 31,5%.

El «hermano» de Pau

«Hemos vivido momentos increíbles juntos dentro y fuera de la cancha. ¡Gracias por todo hermano!», escribió este lunes Pau Gasol en su cuenta de Twitter. Hasta el momento, Kobe, que debutó en la NBA con sólo 17 años, ha marcado 32.683 puntos, y nunca podrá alcanzar a Kareem Abdul-Jabbar (38.387) ni a Karl Malone (36.928). Tampoco podrá igualar la estrella angelina los seis anillos de su ídolo Michael Jordan. Sin embargo, sí puede presumir Kobe de la segunda mayor anotación de la historia, gracias a sus 81 puntos a los Raptors en 2006, 12 más de los 69 que logró Jordan ante los Cavaliers, y sólo por detrás de los 100 de Wilt Chamberlain en 1962. A sus títulos individuales y colectivos suma Kobe Bryant récords de precocidad anotadora que le confirmaron, con su característico gesto de la lengua fuera, al igual que Jordan, en un jugador de otra dimensión. Sin embargo, el astro de los Lakers tildado de egoísta, al que le gusta tirárselas todas, es también quien más lanzamientos ha fallado en la historia de la NBA.

Seleccionado en 17 ocasiones para el 'All Star', fue también reconocido como el mejor jugador de la liga regular en 2008 -y de las finales de 2009 y 2010-, cuando atravesaba un momento cumbre en su carrera, coronada también con la primera de sus dos medallas olímpicas, en los Juegos de Pekín, donde en la memorable final contra España él volvió a ser determinante. Un lustro después comenzó a verse cercenado por las graves lesiones: el tendón de Aquiles en abril de 2013, una fractura de la meseta tibial de la rodilla derecha en 2014, y el daño que sufrió el pasado año en el manguito rotador del hombro derecho. Demasiado lastre, y demasiado prestigio perdido al final del camino, para un jugador que no quiere desvelar su futuro cuando abandone el baloncesto, al que le lanza en su carta-poema de despedida: «Y ambos sabemos que haga lo que yo haga después, siempre seré ese niño, con los calcetines enrollados, papelera en la esquina, 5 segundos en el reloj, balón en mis manos. 5. 4. 3. 2. 1. Siempre te querré».