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Luismi Cámara
Domingo, 20 de septiembre 2015, 21:51
Los peros se han convertido en loas y parabienes. Lo que para muchos apuntaba a un nuevo digusto tras la debacle del pasado Mundial, se ha convertido en un éxito más, en otra medalla y en la clasificación para los Juegos Olímpicos, una cita a ... la que no se falla desde 1996, cuando España no logró plaza para disputar el torneo en Atlanta.
Cierto es que las ausencias en este Eurobasket eran tan importantes y los rivales tan potentes que las perspectivas ante un objetivo más que complicado no eran precisamente halagüeñas. Era necesario alcanzar la final como peaje para estar el próximo verano en Río de Janeiro.
El camino que llevaba al último partido pasaba por una ruta empedrada y tortuosa, con rocas que no bastaba con esquivar, que sólo se podían pulverizar para seguir adelante. De primeras, la caída en el 'grupo de la muerte' ya vaticinaba fuertes experiencias y exigía un extra de esfuerzo en un campeonato ya compacto y con muchos partidos concentrados en apenas dos semanas.
Además, las bajas de Ricky Rubio, Calderón, Navarro, Ibaka y Marc Gasol (un cinco titular aspirante a todo en cualquier torneo) suponían una merma de considerable dimensiones y la recomposición de un grupo estable durante más de una década que perdía una buena parte de su núcleo duro.
El 'roster' que quedaba ofrecía garantías competitivas, con la base del campeón de la Euroliga, pero distaba mucho de parecer un bloque superior a selecciónes de la potencia y el talento de Serbia, Grecia y, sobre todo, la anfitriona Francia.
Entre tantos mensajes preocupantes, la mejor noticia fue el 'sí' de Pau Gasol. Entre tanta renuncia, la presencia del pívot de los Bulls resultaba sorprendente.
El segundo punto de apoyo al que aferrarse fue el retorno de Sergio Scariolo, el técnico de los dos oros europeos. El italiano suponía una garantía en el banquillo tras el controvertido paso de Orenga.
Y sobre ellos dos se ha asentado el éxito de La Roja. Pau ha sido el mejor jugador del Eurobasket con mucha diferencia respecto a cualquier otro que aspirara a ese galardón. Por talento, por influencia en la trayectoria de su equipo y por las cifras objetivas que ha logrado, nadie ha podido acercarse al excepcional Eurobasket que ha firmado el catalán. Ha sido un poste dominante, despótico con el rival. Hasta ha ejercido de certero artillero cuando los suyos andaban con el punto de mira desenfocado. Ha sido el faro de España.
Scariolo ha sabido hacer frente a las adversidades con la calma del que conoce a los suyos y confía en sacar el máximo partido a un torneo que da tregua al principio y demanda el máximo esfuerzo al final.
Gasol ha sido el sol, pero el mérito también ha residido en la armonía con la que sus once compañeros han orbitado alrededor del astro supremo. Cada uno a su velocidad, cada uno con su influencia en el juego, cada uno con su momento. El dominio de Pau ha requerido de la versión de perfil bajo de estrellas como Sergio Rodríguez, Llull, Mirotic o Reyes, pero no ha escondido un talento que ha surgido cuando ha resultado necesario.
Es lo que tienen los buenos equipos. Todos caminan juntos por un fin común que borra egos individuales. Objetivo cumplido.
Uno a uno
Felipe Reyes: Pívot
El capitán se reivindica
El gran capitán ha ejercido de escudero y pegamento. Se ha reivindicado como una pieza básica y necesaria tras el ostracismo en el que le sumió Orenga en el Mundial.
Sergio Rodríguez: Base
Un genio con toda la barba
El talento, la clase, el desborde. Parecía llegar cansado, pero fue creciendo para convertirse en la referencia exterior que abrió espacios para Pau en el poste.
Pau Ribas: Escolta
Por fin le llegó su oportunidad
Llevaba mucho tiempo esperando esta ocasión y la ha aprovechado hasta convertirse en titular por su defensa y su efectividad. Se ha ganado un hueco.
Nikola Mirotic: Ala-pívot
Uno más para la causa
Parecía que su momento con la absoluta no iba a llegar nunca. Ha brindado buenos momentos y el Eurobasket ha servido para engancharle definitivamente a La Roja.
Sergio Llull: Base
La intensidad y la velocidad de España
El coraje y las ganas no se le ponen nunca en duda, pero comenzó el torneo fallón. Se entonó poco a poco. Fue básica su intensidad atrás y velocidad para cruzar la pista.
Rudy Fernández: Escolta
Impagable sacrificio por el equipo
Pagará con dolor el sacrificio que ha hecho en este campeonato por España. Lesionado, ha sido capaz de aportar defensa e intangibles para dejar lucir a otros.
Pablo Aguilar: Ala-pívot
El premio era estar
Era uno de los descartes pero entró en la lista de Scariolo a última hora por la lesión de Abrines, por lo que estar en el Eurobasket ya era un premio. Presencia testimonial.
Guillem Vives: Base
Director en prácticas
La trascendencia de los otros bases españoles y su inexperiencia le abocaban al final del banquillo. El tiempo le hará importante porque calidad y carácter no le faltan.
Guillermo Hernangómez: Pívot
El futuro de garantías
El joven jugador madridista se ha estrenado con la selección por la puerta grande. Poca presencia pero buenas sensaciones de cara a un futuro prometedor.
Fernando San Emeterio: Alero
Un seguro en el banquillo
Uno de los hombres de confianza del seleccionador. Carácter, entrega y esfuerzo. Efectivo en los primeros momentos difíciles, perdió presencia al final.
Víctor Claver: Ala-pívot
Un defensor para Scariolo
Sigue sin explotar su físico y su incuestionable talento en ataque, pero Scariolo tenía claro que iba a ser importante en defensa y lo empleó en momentos difíciles.
Pau Gasol: Pívot
El rey sol
El torneo ha girado en torno a él. Había muchas estrellas en este Eurobasket, pero el de los Bulls ha aplastado a todos sus rivales con un dominio absoluto en cada partido.
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