«Lo primero que publiqué en prensa fue un pie de foto»

-¿Qué hizo en su primer empleo remunerado?

-Rellenar recibos de la contribución a Hacienda, con 16 años. Necesitaba 300 pesetas para el billete de tercera Huelva-Madrid. Después estuve en una oficina de personal. Eran otras 700, que me daban para pagar la pensión mientras estudiaba periodismo, mi vocación desde pequeño.

-¿Y sus primeros pasos a nivel profesional?

-En 'Signa', el semanario de Acción Católica. De allí conservo el recuerdo más grato y emocionado, fue mi primera redacción. Nos pagaban "cuatro perras", pero nos daba la posibilidad de ser contestatarios... Bueno, lo que podíamos; eran los cincuenta.

-¿Qué lecciones aprendió en esa primera etapa?

-Que hay que empezar desde abajo. Eso de salir de la facultad y querer ser corresponsal en Nueva York... Lo primero que publiqué en prensa fue un pie de foto. Después, de Europa Press di el salto a 'Actualidad Española' y empecé a cubrir informaciones de envergadura. Luego estuve en 'El Alcázar', en la órbita del Opus Dei, y llegó un momento en el que tuve que elegir entre cierta ideología y yo.

-Ésa fue la primera vez que dijo adiós a un medio. Luego se marcharía también de 'Pueblo'...

-Al margen de otras connotaciones, era el más vibrante y efervescente. Acababa de venir de Francia y toda la generación de periodistas de los sesenta estaba allí. Fue mi gran oportunidad, pero empezaba a ser habitual?

-Y llega a TVE. ¿Cómo fue?

-Entonces tenía un desprecio infinito a la televisión, pero había que sobrevivir. Pepe Casas, director de Informativos, me tendió una trampa y me metió en un estudio para hacerme una prueba. Poco después, me propusieron viajar a Nueva York... Sólo tardé diez segundos en decidirme.

-¿Fue la llegada a la luna lo mejor de aquella época?

-Allí empecé en el 68, y todo aquel año fue un acontecimiento: Vietnam, la muerte de Luther King... La luna fue un reto porque me preocupaba la calidad de la retransmisión, no la trascendencia del momento. Luego, cuando salí de la NASA y miré al cielo, grité: «¡La leche!».

-En el 78 regresa a España y sigue con la televisión?

-Volví por razones personales; mi país estaba cambiando y no me lo quería perder. Estuve castigado porque decían que pertenecía al PSOE, pero al final me llamaron para hacer 'De Cerca' y, después, 'Su turno', un programa innovador por ser el primero de debate en directo, y del que también me marché.

-Después pasa a la radio -diseña M-80- y, de nuevo, a TVE, con 'Por la mañana'. La etapa acabó abruptamente en el telediario. ¿Qué pasó?

-¡Dios santo del amor hermoso! Como siempre, por incompatibilidad manifiesta.

-En Antena 3, ya en 2003, vuelve a empezar...

-Eso es bonito. Una vez le oí decir a John Lennon: «No voy a estar cantando siempre 'Yesterday'»? Así que llegó un día en el que decidí hacer sólo lo que quisiera, y tras un especial sobre la luna en TVE, dije: «Se acabó». Eso de contar batallitas no va conmigo.

-A estas alturas, podemos imaginar el consejo que da a los principiantes...

-Cierto. Que sean ellos mismos, que no imiten a nadie y que triunfen lo que puedan sabiendo que no va a ser fácil. También los maldeciré si les dan un minuto en televisión y lo desaprovechan.